Bogotá, 11 de marzo de 2025. La hoja de coca está en el centro de la diplomacia colombiana. En su visita a Austria, la ministra de Relaciones Exteriores, Laura Sarabia, concertó con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) el desarrollo de una investigación sobre los potenciales usos industriales de esta planta.
“Esto permitirá abrir nuevas oportunidades para el desarrollo alternativo, incluyendo mejorar el rendimiento de agro insumos y biofertilizantes, así como evaluar las condiciones ambientales de los territorios que padecen impactos ambientales adversos por los problemas asociados a los cultivos ilícitos”, explicó la canciller.
Horas antes, Laura Sarabia había pedido, ante la Comisión de Estupefacientes de Naciones Unidas, excluir la hoja de coca de la lista de sustancias más dañinas.
“La ciencia demostrará que la hoja de coca en sí misma no es perjudicial para la salud. Solo podremos arrebatársela a los narcotraficantes si aprovechamos su potencial en usos industriales, como fertilizantes y bebidas”, dijo al respecto la ministra de Relaciones Exteriores.
En este contexto, Sarabia visitó los laboratorios de Seibersdorf del OIEA para identificar nuevas oportunidades de cooperación en áreas claves para el desarrollo sostenible y de una reunión con Rafael Grossi, director general de este organismo.
Colombia y el OIEA trabajan un memorando de entendimiento sobre el tema para dar vía libre al estudio en los próximos meses. La propuesta busca posicionar sectores como la salud, la agricultura, la industria, el comercio y el medio ambiente.
A mediados de 2025 está prevista una visita a Colombia de una comisión del OIEA, encabezada por el director General, Rafael Grossi, para avanzar en la propuesta.
La agenda de la canciller en Austria
En su visita al Organismo Internacional de Energía Atómica en Viena, la canciller conoció sobre las tecnologías nucleares aplicadas a la hoja de coca.
Igualmente, visitó los laboratorios de producción y salud animal, biología molecular, genética de plantas y manejo de suelos, agua y nutrición de cultivos desde donde trabajan con Colombia en el contexto del café, la yuca y el banano para medir y mejorar la tolerancia a la sequía de estos cultivos, beneficiando al campesino y los agricultores colombianos.
La ministra de Relaciones Exteriores también agradeció al director Grossi la donación de un mamógrafo, realizada en el marco de la iniciativa Rayos de Esperanza, del OIEA. “Colombia reconoce los desafíos en materia de acceso a servicios de diagnóstico y tratamiento en zonas rurales o remotas, por lo que esta donación permite que el país se acerque a sus objetivos para lograr un sistema de salud integral en los territorios”, dijo Sarabia.
El mamógrafo será instalado el 1 de abril en Guaviare. Se espera que el equipo contribuya a mejorar la detección temprana del cáncer de mama y a reducir los tiempos de diagnóstico, costos de traslados de pacientes y mortalidad asociada a esta enfermedad, beneficiando a más de 12 mil mujeres de entre 40 y 99 años en el departamento.