El comportamiento del Índice de Precios al Consumidor (IPC), en febrero del 2025, da cuenta de una tendencia a la baja si se compara con el mismo mes del año anterior. Según el reporte del Departamento Administrativo Nacional de Estadística – DANE, el IPC registró un decrecimiento en este indicador, pues pasó del 7.74% en febrero de 2024 al 5.28% en el presente año.
Este último porcentaje del índice de inflación anual y que corresponde al 5.28% se explica por el comportamiento de diferentes sectores como restaurantes y hoteles, que reportó un incremento del 7.73%, seguido de educación con el 7.38%. Luego, continúa los costos de vivienda y servicios públicos con 6.58%, transporte con un 5.64% y, por último, salud con el 5.42% en el resultado anual.
Según analistas, la desaceleración anual de la inflación podría generar la reducción de las tasas de interés para estimular el crédito y el consumo de los hogares colombianos lo que redundaría en el fomento de actividades comerciales que moverían la economía. Es, en suma, un indicador positivo para la estabilidad económica.
Sin embargo, si se realiza un análisis juicioso del comportamiento de la inflación, pero en términos mensuales, el panorama es muy diferente. Teniendo en cuenta la variación mensual del IPC, este subió, pues pasó del 1.09% al 1.14%, datos que sugieren, a corto plazo, diferentes desafíos como presiones inflacionarias, aumento en los costos de bienes y el encarecimiento en servicios esenciales.
Según explicó la directora encargada del DANE, Andrea Ramírez, los sectores que más contribuyeron en el aumento en los precios durante el mes fueron educación, que registró un alza del 5.57%, seguido de transporte con el 1.57%, y alojamiento, servicios públicos y combustibles con 1.16%
Otros servicios prioritarios como la recogida de las basuras experimentaron un aumento del 5.03%, mientras que las frutas y verduras tuvieron una variación positiva del 3,4%, reflejado en el impacto climático, así como en la producción de los alimentos.
Según analistas, estos datos dan cuenta de la presión de ciertos sectores en la inflación mensual que, al ser a corto plazo, impulsaría al Banco de la República a mantener una postura más cautelosa en sus próximas decisiones. Además, sectores como el energético y el agropecuario serán clave para los próximos meses y que impactarán el IPC.
Aunque la tendencia a la baja inflación en términos anuales es una buena señal para la estabilidad económica del país, el incremento en los precios presentes a corto plazo es un desafío que podría influir, en gran medida, en la estipulación de nuevas tasas de interés, así como en la política fiscal y monetaria.