Gustavo Petro rechazó el paro armado anunciado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y afirmó que esta acción no responde a una confrontación ideológica ni política, sino a intereses criminales ligados al narcotráfico. Según el jefe de Estado, la guerrilla ya no actúa en función de un proyecto revolucionario, sino al servicio de estructuras ilegales que están metidas ya en su ADN.
Subrayó que el grupo rebelde no enfrenta así al Estado ni a potencias extranjeras (EE. UU.), sino proteger las rutas, economías ilícitas y negocios de los “traquetos”, quienes se han convertido, argumentó, en los verdaderos jefes detrás de algunas organizaciones.
Petro insistió en que el Gobierno no cederá ante intimidaciones y prometió que la protección de la ciudadanía es prioritaria.
Finalmente, advirtió que mientras algunos sectores del ELN continúen alineados con economías ilegales, será difícil intentar un proceso de paz.












