La tarde del martes 2 de diciembre terminó en tragedia para Jean Claude German Bossard García, un joven administrador de empresas de 29 años que caminaba por la calle 19 cuando fue abordado por los ocupantes de una motocicleta naranja. Eran cerca de la 1:30 p. m. cuando, según la versión oficial, los asaltantes intentaron robarle el celular. Jean Claude reaccionó instintivamente para evitar el hurto y, en segundos, la situación escaló a una violencia fatal: le dispararon dos veces, uno de los proyectiles atravesó su pecho.
Mientras el joven cayó al asfalto, transeúntes intentaban comprender lo que había ocurrido. Los delincuentes buscaron huir, pero una patrulla cercana interceptó su ruta. El cruce de disparos terminó con la muerte de uno de los asaltantes y la captura del otro.
El detenido es un menor de 16 años, estudiante de noveno grado, originario de El Peñón (Bolívar) y residente en el barrio Santa Isabel, en Puente Aranda. Las autoridades señalan que hacía parte de una dupla que se movía desde hace días por la zona en una motocicleta naranja, cometiendo hurtos rápidos sobre la vía. Su captura permitió avanzar en la identificación de más integrantes de la estructura delincuencial, entre ellos un presunto tercer implicado y un segundo vehículo que habría participado en ataques similares recientes.
“Mi hijo caminaba sin miedo por su ciudad”: el testimonio del padre
La muerte de Jean Claude sacudió a vecinos, familiares y amigos. Su padre lo recuerda como un joven apasionado por Colombia, por las motos y por los viajes. Estudió en un colegio de Barranquilla, se formó como piloto comercial y se graduó como administrador de empresas en la Universidad Santo Tomás. Había regresado a Bogotá para concluir asuntos académicos y hacer crecer su emprendimiento de seguros.
Aunque nació en Bogotá, creció en Barranquilla desde los cuatro años. “Él amaba este país y siempre decía que se quedaría aquí”, relató su padre, de origen francés, razón por la cual Jean tenía doble nacionalidad.
Jean Claude estaba a pocos días de cumplir 30 años. Su padre había viajado para celebrarlo con él. La última conversación ocurrió en la puerta de la casa familiar: Jean salía a realizar unas gestiones y decidió irse a pie porque su motocicleta estaba en el taller. Minutos después, la llamada que nunca imaginaron recibir les anunció el intento de hurto.
“No podemos culpar a la víctima por defenderse”
El padre de Jean rechazó la idea de que el joven “no debió resistirse”. Considera injusto responsabilizar a quienes enfrentan un ataque inesperado. “Es indignante que digan eso. Uno no sabe cómo va a reaccionar. La culpa jamás puede recaer en el ciudadano honesto”, afirmó.
También expresó su dolor al enterarse de que quien disparó era un adolescente. “Un niño con un arma ya no es un niño. Es un asesino. Y así debe juzgarse, porque las bandas están usando a menores para matar”, dijo, pidiendo que esta tragedia motive una revisión profunda de las leyes que involucran a menores en delitos graves.
Un caso que expone la crisis de seguridad en Bogotá
La madre de Jean, Viviana García, abogada y docente universitaria, atraviesa un duelo devastador. La hermana del joven viajó desde París para despedirlo. “Los padres no deberíamos enterrar a nuestros hijos”, expresó su padre con un dolor evidente.
Para la familia, la responsabilidad también recae en las fallas institucionales. Aseguran haber conocido después que la Policía tenía identificada la motocicleta naranja, sus placas y su presencia reiterada en la zona. Creen que esa omisión permitió que la banda continuara delinquiendo hasta causar la muerte de Jean Claude.
El padre envió un mensaje al alcalde Carlos Fernando Galán: “Esto debe dejar una lección. No podemos permitir que existan niños armados en las calles. Es una realidad dolorosa, pero urgente de atender”.












