La noche del martes 11 de noviembre, un accidente de tránsito en la avenida 68 con Américas desencadenó una persecución y un brutal linchamiento que terminó con la muerte de Mauricio Cendales Parra, conductor de una camioneta tipo campero de color azul.
Según el reporte de las autoridades, Cendales atropelló a dos motociclistas e intentó huir, pasando incluso por encima de una moto de la Policía. La situación provocó la reacción violenta de decenas de motociclistas que lo siguieron hasta el barrio Nuevo Techo, donde finalmente fue interceptado y agredido.
Familia del conductor: “Sufría de episodios de depresión y ansiedad”
Su sobrino, Francilides Rodríguez, habló con Noticias RCN y explicó que su tío padecía problemas de salud mental que podrían haber afectado su comportamiento al volante.
“Estaba pasando por un trauma, episodios múltiples de agresividad, depresión y estrés. Hace un año estuvo internado en una clínica por el mismo tema. Lo dieron de alta porque estaba en tratamiento y lo habían controlado, pero, desatinadamente, volvió a tener los mismos episodios”, señaló Rodríguez.
Policías tuvieron que intervenir para evitar que lo mataran
De acuerdo con los primeros informes, alrededor de 200 motociclistas participaron en la persecución, que se extendió por varios kilómetros.
El conductor perdió el control de su vehículo y chocó contra un puesto de comidas rápidas ubicado a un costado de la vía.
En ese momento, la multitud rodeó la camioneta, rompió los vidrios y obligó al conductor a bajar del carro. Fue entonces cuando empezó la golpiza.
Para evitar que la turba lo golpeara hasta la muerte, uniformados de la Policía tuvieron que rodearlo mientras estaba en el suelo. Pese al intento de los agentes por protegerlo, Cendales falleció posteriormente en la Clínica de Occidente debido a la gravedad de las heridas.
Autoridades investigan el caso y analizan videos del linchamiento
La Fiscalía General de la Nación y la Policía Metropolitana de Bogotá analizan videos de cámaras de seguridad para identificar a las personas que participaron en el ataque. El alcalde Carlos Fernando Galán calificó el hecho como un “acto de barbarie” y advirtió que ninguna situación justifica la justicia por mano propia, además que confirmó que hasta el momento no tienen confirmación que la persona estuviera bajo los efectos del alcohol.










