La Policía de Francia confirmó este domingo la captura de dos presuntos sospechosos por el hurto de 8 piezas de joyería pertenecientes a la esposa de Napoleón Bonaparte, la emperatriz María Luisa, y que tendrían un valor histórico incalculable.
El ministro del Interior, Laurent Núñez, celebró el hecho, pero manifestó su preocupación por el destino final de las joyas, pues, según casos similares, podrían ser fundidas o desmontadas para ser vendidas por partes.
“El botín suele terminar en el extranjero, pero confío en que esta vez no sea así”, señaló el alto funcionario al diario La Tribune Dimanche.
¿En qué va la investigación?
La directora del museo de Louvre, Laurece des Cars, reconoció que la galería Apolo tenía un punto ciego que fue aprovechado por los ladrones, el cual se encontraba en el sistema de seguridad del edificio, aunque resalta que las cámaras de seguridad ubicadas en la parte externa permitieron rastrear el recorrido de los asaltantes.
Además, aclaró que los investigadores, al realizar el recorrido, hallaron los guantes de los delincuentes, un chaleco reflectivo con huellas y rastro de ADN, lo que permitió el seguimiento y la captura de los ladrones.
El fiscal de París, Laure Beccuau, aseveró que la aprehensión de los presuntos responsables se logró justo antes de que uno de ellos intentara dejar el país.
“Uno de los hombres arrestados se disponía a abandonar el territorio desde el aeropuerto de Roissy”, aseveró Beccuau.
Frente a estos hechos, la ministra de Cultura Rachida Dati anunció la revisión completa del protocolo de seguridad del museo y propuso la creación de un fondo de emergencia de 50 millones de euros para proteger el patrimonio de la nación.
Aunque el caso sigue en investigación, las autoridades continúan tras la pista de otros presuntos implicados, así como de la recuperación de los objetos robados.












