La administración del expresidente Donald Trump decidió congelar los esfuerzos diplomáticos que buscaban mantener algún tipo de comunicación con el gobierno de Nicolás Maduro, a quien Estados Unidos considera un mandatario ilegítimo y vinculado al narcotráfico.
Mientras tanto, desde Caracas, el régimen venezolano aseguró estar investigando en su territorio a los presuntos responsables de planificar un “ataque terrorista” contra la Embajada de Estados Unidos en la capital.
El gesto de distanciamiento representa, según analistas internacionales, un golpe político y diplomático para Maduro, quien había intentado mantener abiertos los canales con Washington a través de Jorge Rodríguez, presidente del Parlamento venezolano y su principal negociador.
De acuerdo con medios estadounidenses, Rodríguez sostenía comunicaciones frecuentes con Richard Grenell, exenviado especial de Trump para Venezuela. Sin embargo, esas conversaciones fueron suspendidas por orden directa de la Casa Blanca.
Maduro admite ruptura total con Estados Unidos
El propio Nicolás Maduro reconoció hace pocas semanas el deterioro de los contactos con Washington. “El 15 de septiembre dije que las comunicaciones con Estados Unidos están deshechas”, expresó el mandatario venezolano, confirmando el colapso de los canales diplomáticos.
En paralelo, la administración Trump ha intensificado sus operaciones militares y antinarcóticos en el Caribe, alegando que parte del tráfico de drogas hacia EE. UU. se origina en territorio venezolano.
Según fuentes militares citadas por CNN, al menos seis ataques contra embarcaciones sospechosas provenientes de Venezuela han dejado una veintena de muertos.
“Fase dos” de la operación militar en el Caribe
Los recientes movimientos militares forman parte de lo que el Pentágono denomina “la segunda fase de la avanzada en el Caribe”, una operación que involucra ocho buques de guerra, misiles de largo alcance y más de 4.000 soldados estadounidenses desplegados frente a las costas suramericanas.
Trump no descartó que las acciones puedan ampliarse por vía terrestre, lo que ha generado preocupación por un posible escenario de intervención militar directa en la región.
Analistas consultados por medios internacionales consideran que el cierre del canal diplomático y el aumento de operaciones armadas son señales claras de una escalada estratégica, que podría aislar aún más al régimen de Maduro.
Congreso de EE. UU. advierte sobre un posible “cambio de régimen”
El distanciamiento entre Caracas y Washington también ha provocado tensiones políticas dentro de Estados Unidos.
Miembros demócratas del Comité de Relaciones Exteriores del Congreso advirtieron que el expresidente Trump y el senador republicano Marco Rubio estarían impulsando un cambio de régimen en Venezuela.
“Trump y Rubio están presionando por un cambio de régimen en Venezuela. El pueblo estadounidense no quiere otra guerra, y el Congreso no puede permitir que ningún presidente inicie una ilegal o unilateralmente. Así no funciona la Constitución”, señaló el Comité en su cuenta oficial de X (antes Twitter).
Perspectiva regional: incertidumbre y riesgo de confrontación
Mientras Maduro busca proyectar fortaleza denunciando “ataques externos”, los analistas coinciden en que la ruptura con Washington limita sus opciones diplomáticas y aumenta el aislamiento internacional del régimen venezolano.
En la práctica, el congelamiento de los contactos deja sin efecto cualquier vía de negociación política con Estados Unidos, al tiempo que refuerza el discurso de confrontación tanto en Caracas como en Washington.