El conflicto en Gaza, que ha dejado más de 66.000 palestinos muertos en casi dos años, sigue siendo uno de los mayores retos en Medio Oriente. En medio de la presión internacional, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, anunciaron un plan de 20 puntos con el que aseguran que “la paz está muy, muy cerca”.
¿Cómo surgió el plan de paz de Trump y Netanyahu?
El anuncio se dio en la Casa Blanca, tras más de tres horas de reunión entre ambos mandatarios este 29 de septiembre. La propuesta fue presentada en una rueda de prensa conjunta y busca establecer un alto al fuego inmediato, iniciar la liberación de rehenes y poner en marcha un programa de reconstrucción en la Franja de Gaza.
Trump insistió en que “los países árabes se encargarán de hacer frente a Hamás”, mientras reafirmó su respaldo total a Israel en caso de que la organización rechace el acuerdo.
Los puntos clave de la propuesta
La propuesta presentada por Donald Trump y Benjamín Netanyahu contempla un alto al fuego inmediato y la retirada progresiva de las fuerzas israelíes, siempre y cuando Hamás acepte el acuerdo. Incluye la liberación de rehenes en un plazo máximo de 72 horas, a cambio de más de 1.900 prisioneros palestinos, así como la desmilitarización total de Gaza mediante la destrucción de túneles, fábricas de armas e infraestructura militar.
El plan establece, además, la creación de un comité de transición palestino supervisado por una “Junta de Paz” internacional que Trump se ofreció a presidir, la entrada masiva de ayuda humanitaria y un ambicioso programa de reconstrucción económica con una zona especial de desarrollo. Finalmente, se prevé el despliegue de una Fuerza Internacional de Estabilización con participación de socios árabes para garantizar la seguridad y entrenar a fuerzas locales.
Puntos clave del acuerdo
La hoja de ruta también contempla una amnistía condicionada para miembros de Hamás que depongan las armas y se comprometan con la convivencia pacífica, así como la posibilidad de salida segura hacia países receptores para quienes decidan abandonar Gaza. Se incluye además un mecanismo de diálogo interreligioso orientado a promover tolerancia y cambiar narrativas entre israelíes y palestinos, junto con la participación de socios regionales que garanticen el cumplimiento de los compromisos asumidos.
A largo plazo, el plan abre la puerta a que la Autoridad Palestina, tras implementar profundas reformas, pueda retomar el control del enclave y encaminarse hacia un eventual proceso de autodeterminación.
El plan también propone la creación de una zona económica especial y el despliegue de una Fuerza Internacional de Estabilización con participación de socios árabes. Hamás quedaría excluido de cualquier rol en el futuro gobierno de Gaza. Aunque Trump lo presentó como una oportunidad histórica, críticos advierten que la iniciativa también refuerza el control político internacional sobre el enclave.
El papel de Hamás sigue siendo una incógnita
El acuerdo aún necesita el visto bueno de Hamás, que mantiene decenas de rehenes en su poder. Si la organización se niega, Israel continuará con las operaciones militares con el apoyo de Washington.
Netanyahu, en su intervención, fue enfático: aceptar un Estado palestino sería “un suicidio nacional” para Israel, pero reiteró que la prioridad es “terminar el trabajo” en Gaza lo más pronto posible.
Un conflicto abierto y un desenlace incierto
Mientras la comunidad internacional analiza la propuesta, la tensión sigue en aumento. Para los palestinos, la decisión de Hamás marcará el rumbo de los próximos meses: la posibilidad de un alto al fuego y la reconstrucción, o la continuidad de un conflicto que ya se prolonga por casi dos años.