Se despachó el presidente Gustavo Petro tras la elección de Carlos Camargo como nuevo magistrado de la Corte Constitucional. Aunque más de tres veces el Gobierno negó que María Patricia Balanta fuera su candidata, el disgusto del mandatario dejó clara la derrota.
“Excluyeron la mujer y la negra, bajo el infundio que era mia y me tomaba la corte. Mentirosos sucios (…) Nosotros simplemente nos inclinamos por la persona más decente. Que pueda hacer justicia y garantizar los derechos de la gente, sin pena”, escribió el presidente en su cuenta de X.
Sostuvo que los senadores que eligieron con 62 votos al exdefensor del Pueblo, versus los 41 que obtuvo Balanta, buscan “devolver la justicia al duquismo, al cartel de la toga y al clientelismo corrupto que anula su independencia”.
Y negó que buscara controlar la Corte. “Lo que me jugaba no era mi ultimo año de gobierno, sino era la sociedad la que se jugaba los próximos 8 años; nos jugábamos si avanzamos a una democracia plena o nos devolvemos a los años del crimen desde el estado y la impunidad: la gobernanza paramilitar”.
En otro trino, además, el presidente Petro dio señales de que es cierto el rumor de que rodarán cabezas tras la derrota en esta elección. “Por ahora mis aliado(a)s solo serán los y las que supieron en que consistía la elección y no decidieron el camino de la traición al presidente y al proyecto democrático”, expresó.
Y es que una vez terminada la votación, la directora del DAPRE, les habría pedido la renuncia a los ministros de Trabajo, Antonio Sanguino; de Comercio, Diana Morales, y de las TIC, Julián Molina. Además de los directores de algunos institutos, que estarían en la mira para salir de sus cargos.
Esta sería la respuesta a partidos como el Verde y el Liberal por desmarcarse de la estrategia del Gobierno en la elección del magistrado.