Una ambulancia utilizada como un vehículo de escape y la actitud sospechosa del conductor alertaron a las autoridades en Bogotá. Esta acción permitió frenar el secuestro de un empresario, quien se encontraba en el parque de la 93. Los hechos ocurrieron el 8 de junio del 2024, en horas de la mañana, cuando un próspero empresario se desplazaba por el sector.
Dos hombres con arma traumática lo abordaron y, luego de intimidarlo, lo llevaron por la fuerza para que abordara una ambulancia, que fingía prestar servicios médicos. Pero la víctima logró reaccionar y escapó.
Las autoridades alcanzaron a realizar el seguimiento del vehículo, pero lo perdieron de vista. Un año después, informaron que, tras una exhaustiva investigación y mediante el estudio de los videos de cámaras de seguridad, este miércoles, 27 de agosto, la Policía logró la captura de dos de los presuntos responsables, quienes permanecían en la ciudad.
La Policía consiguió la captura de los implicados en las localidades de Ciudad Bolívar y Rafael Uribe Uribe, al sur de Bogotá. Esta acción se logró por la intervención de la Metropolitana con el apoyo del Gaula y la Fiscalía General de la Nación.
Según los reportes de las autoridades, los delincuentes tenían el apoyo de un vehículo rojo que pretendía escoltar a la ambulancia para concretar el rapto del empresario.
“Ellos utilizaron una tercera persona en un vehículo, el cual estaba haciendo como seguridad a la acción que ellos estaban ejecutando. Posterior a la huida del señor, ellos también emprenden la huída”, aseveró un miembro de la investigación perteneciente al Gaula.
El brigadier general Giovanni Cristancho, comandante de la Policía Metropolitana, argumentó que la identificación de los delincuentes fue posible por la información dada por el gremio de ambulancias y con los testimonios de los testigos. Y gracias a la colaboración del dueño del vehículo, fue posible la identificación de uno de los secuestradores.
En el proceso de investigación se pudo determinar que el conductor de la ambulancia abandonó el país, por lo que se hizo necesaria la emisión de una circular azul por parte de la Interpol.
Finalmente, un juez de control de garantías les imputó a los capturados los cargos de secuestro agravado en concurso heterogéneo con intimidación y amenaza con arma de fuego, por lo que podrían recibir penas superiores a 16 años de prisión.