La Fuerza Aérea de Sudán destruyó este miércoles 6 de agosto un avión de Emiratos Árabes Unidos que transportaba mercenarios colombianos al momento de aterrizar en el aeropuerto de Nyala, en la región de Darfur del Sur, una zona controlada por fuerzas paramilitares. Así lo informaron la televisión estatal sudanesa y fuentes militares, quienes aseguran que la nave fue “bombardeada y completamente destruida”, en una operación dirigida contra la intervención extranjera en la guerra civil que vive el país desde 2023.
Ciudadanos extranjeros a las órdenes de grupos armados en Sudán
El gobierno sudanés ha reiterado, a través de comunicados oficiales y denuncias presentadas ante la ONU, que posee documentos y “pruebas irrefutables” sobre la participación de mercenarios de Colombia, así como de otros países africanos, financiados por Emiratos Árabes Unidos. Según la Cancillería sudanesa, estos combatientes han sido reclutados para engrosar las filas del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), que sostiene una guerra abierta con el ejército regular, liderado por Abdel Fatah al Burhan.
El papel de los exmilitares colombianos en Darfur
Informes de prensa y expertos calculan que más de 300 exmilitares colombianos han llegado a la región de Darfur desde 2023, muchos de ellos reclutados bajo promesas engañosas de empleo en seguridad privada en Emiratos Árabes. Sin embargo, terminan combatiendo o entrenando fuerzas en el frente de las FAR bajo la operación “Lobos del Desierto”, liderada por el coronel colombiano retirado Álvaro Quijano y en alianza con empresas militares privadas emiratíes.
En la guerra más cruel del mundo suena Diomedes Díaz. Lo ponen mercenarios colombianos que luchan en la guerra civil de Sudán, que deja 24 millones con hambre y 12 millones de desplazados.
Desde finales del año pasado, más de 300 exmilitares colombianos pelean con paramilitares. pic.twitter.com/0KZEsNbWjT— La Silla Vacía (@lasillavacia) March 20, 2025
Además, investigaciones periodísticas y reportes de la ONU han confirmado la presencia de combatientes hispanohablantes y mercenarios colombianos participando en operaciones militares, así como denunciado el involucramiento en el entrenamiento de menores para actividades bélicas en la zona de Darfur. El campo de Zamzam, uno de los mayores de desplazados en Sudán, fue entregado por las FAR a estos mercenarios, quienes instalaron bases, armamento pesado y participaron en el asedio de Al Fasher, el último reducto del ejército sudanés en Darfur.
Reacciones internacionales y posición de Colombia
Ante el aumento de las evidencias, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia reconoció la presencia de exmilitares nacionales en Darfur, formó un grupo de respuesta inmediata para su repatriación e incluso presentó disculpas oficiales a Sudán por la participación de connacionales en el conflicto. El presidente Gustavo Petro también reconoció el fenómeno en noviembre de 2024, atribuyéndolo a las dificultades socioeconómicas y a la experiencia militar de los excombatientes colombianos, y pidió acciones concretas para su retorno seguro.
Entretanto, Emiratos Árabes Unidos ha negado las acusaciones sobre el financiamiento o apoyo a los grupos armados involucrados en el conflicto sudanés, mientras Sudán sostiene que la magnitud de la participación de mercenarios extranjeros representa una grave amenaza para la paz y la seguridad regional y continental.