Después de una larga temporada de silencio, volvió a hablar ante los colombianos la vicepresidenta Francia Márquez, quien se ha distanciado notablemente del presidente Gustavo Petro, desde el primer consejo de ministros televisado, que se realizó en el mes de febrero.
Fue en un evento por los 489 años de Cali, donde tomó la palabra y se desahogó. “Tengo ganas de gritar, tengo ganas de contar cómo este país nos arrastra en sus narrativas y luego nos culpa por no respirar. ¿Cómo se elimina a una mujer negra del poder en una democracia contemporánea? Con narrativas que sirven de antesala para los explosivos y las balas”, señaló.
Habló, además de un “racismo de Estado” y de exclusión en el llamado gobierno del cambio. “Se nos quiere en la foto pero no en la toma de decisiones (…) se nos quiere obedientes, y si no obedecemos, entonces viene el castigo: la violencia política, la cancelación y la deshumanización pública”, afirmó Márquez, dejando claro que la relación con el presidente Petro está rota.
Y se defendió del señalamiento de inoperancia cuando fue ministra de la Igualdad. “Me acusaron de no ejecutar, cuando jamás me entregaron un instrumento para hacerlo. Se promovió la idea de que, como soy negra, seguro robo, sin haber tocado un peso (…) Me exigieron ser sumisa y cuando exigí respeto, me llamaron arrogante”, enfatizó.
Finalmente, dijo que pasó “de ser la heroína a ser la traidora” y que desde la campaña hasta hoy ha sido deslegitímala en diferentes ocasiones. “Somos útiles para ganar elecciones, pero no para gobernar”, concluyó.