El presidente Gustavo Petro, en compañía de varios ministros, sancionó la Ley de Salud Mental. Esta normativa actualiza y amplía lo dispuesto en la Ley 1616 de 2013, adoptando un enfoque preventivo, pedagógico y comunitario que prioriza el bienestar emocional de toda la población, en especial de niños, adolescentes y jóvenes.
¿Qué propone la nueva Ley de Salud Mental?
La ley parte de una premisa clara: la salud mental no es un privilegio sino un derecho. Para ello, se plantean cambios estructurales en la manera en que se aborda el tema desde la infancia, los entornos escolares, laborales y comunitarios.
Entre los puntos más destacados está el incluir la educación emocional desde edades tempranas que fomenten entornos protectores en hogares, colegios, universidades y lugares de trabajo. Además, la importancia de fomentar la educación emocional en centro penitenciarios.
Otro punto importante son las campañas masivas de prevención que estarán a cargo del Ministerio de Salud, Ministerio de Educación y el Consejo Nacional de Salud Mental. Se lanzarán estrategias pedagógicas y comunicativas anuales para visibilizar los trastornos mentales y promover el cuidado emocional. Incluye un control de medios y contenidos digitales que puedan afectar el estado emocional de los jóvenes.
Escuelas y trabajos: espacios clave para la salud emocional
Uno de los focos centrales de la ley es intervenir de forma directa en espacios donde las personas pasan la mayor parte del tiempo: instituciones educativas y lugares de trabajo.
En colegios y universidades, se conformarán comités de salud mental que trabajarán junto con EPS, IPS y autoridades locales para detectar a tiempo señales de alarma y brindar atención inmediata a estudiantes y docentes.
En empresas y entidades públicas, se implementarán programas de prevención y gestión de riesgos psicosociales. Las ARL deberán liderar acciones para garantizar el bienestar emocional en el entorno laboral.
Un modelo de atención integral y humanizado
La ley establece que el Ministerio de Salud será el principal responsable del nuevo modelo de atención integral, que deberá incluir activamente a pacientes, cuidadores y familias. El enfoque será biopsicosocial y los profesionales encargados deberán contar con formación en salud mental: medicina, psiquiatría, psicología, enfermería o atención prehospitalaria.
Además, las EPS estarán obligadas a adaptar sus programas según las particularidades sociales, culturales y territoriales de cada comunidad.
Niñez, juventud y cuidadores: prioridades de la nueva ley
Niños y niñas contarán con un protocolo integral de atención que deberá ser diseñado en el plazo de un año, con enfoque en derechos humanos y determinantes sociales. Esta estrategia será ejecutada con apoyo de EPS, IPS y colegios.
Jóvenes entre 14 y 28 años recibirán atención prioritaria, reconociendo los desafíos propios de su etapa de desarrollo.
Cuidadores de personas con trastornos mentales también serán atendidos: recibirán apoyo psicosocial y capacitación para manejar adecuadamente sus responsabilidades.