Irán lanzó este lunes misiles “contra las bases estadounidenses situadas en Catar e Irak”, en desarrollo de una operación llamada ‘Bendición de la victoria’, dos días después de que el presidente Donald Trump ordenara atacar tres sitios nucleares iraníes.
Washington, que confirmó el ataque en Catar, resaltó que no hay información sobre víctimas. “Puedo confirmar que la Base Aérea Al Udeid fue atacada hoy con misiles balísticos de corto y medio alcance procedentes de Irán. Hasta el momento no hay informes de bajas estadounidenses”, sostuvo un funcionario del Ministerio de Defensa de EE. UU.
Al Udeid es la base estadounidense más grande en Oriente Medio. Ubicada a las afueras de Doha, aloja a cerca de 10.000 soldados, los cuales habían sido evacuados previamente.
La arremetida contra las guarniciones estadounidenses fue perpetrada por la Guardia Revolucionaria de Irán. Es “una respuesta al acto agresivo y descarado de los Estados Unidos contra las instalaciones nucleares”, indicó el Consejo Supremo de Seguridad Nacional.
“El número de misiles utilizados en esta exitosa operación fue equivalente al número de bombas que Estados Unidos utilizó en su ataque a las instalaciones nucleares de Irán”, agregó en un comunicado.
¿Fin del conflicto o el inicio de una guerra?
Por su parte, Qatar alegó que se reserva el derecho de responder directamente tras el ataque, mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita condenó enérgicamente la acción de Irán, calificándola de “flagrante violación del derecho internacional y de los principios de las relaciones de vecindad”.
Después de varios días de tensión por cuenta de los ataques de Israel contra Irán y la respuesta violenta de este segundo país, el presidente de Estados Unidos ordenó bombardear tres sitios nucleares iraníes y advirtió que Teherán tiene ahora la respuesta: se acoge a un tratado de paz o se atiene a arremetidas aún más fuertes.
Expertos y la comunidad internacional temen que, en caso de que el conflicto escale, pueda desatarse incluso una tercera guerra mundial. Por eso, líderes como el papa León XVI han exhortado a las partes a sentarse a negociar y deponer las operaciones militares, más aún cuando están de por medio armas nucleares y el futuro mismo de la humanidad.