Una rama de olivo lanzó la Iglesia Católica en medio de la cruenta pelea entre el Gobierno y el Congreso que se agudizó por el hundimiento de la reforma laboral y de la consulta popular.
La Curia, presidida por el cardenal Luis José Rueda, logró una escena que parecía imposible: un diálogo cara a cara entre el jefe de Estado, Gustavo Petro, y el presidente del Senado, Efraín Cepeda, quienes han cruzado fuertes declaraciones, en una guerra declarada que deja muy mal parada a Colombia y su institucionalidad.
Este deshielo tuvo lugar en la sede de la Arquidiócesis de Bogotá, con la presencia de líderes del país como la defensora del Pueblo, Iris Marín; el procurador Gregorio Eljach y la fiscal general, Luz Adriana Camargo.
En este dialogo, la Iglesia Católica los invitó a desarmar la palabra, rechazar la violencia y orar por la vida. Incluso, según el procurador, se firmó un acta de compromiso para la búsqueda de consensos.
“Desarmar la palabra fue el término que se usó. Concluimos en que esta no es una actividad única, que hay que continuar promoviendo el encuentro de los colombianos, incluyendo el empresariado (…) para que todos estemos juntos buscando el entendimiento y la concordia”, señaló Eljach.