La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) anunció el fallecimiento de monseñor Víctor Manuel Ocho Cadavid, obispo castrense. Su muerte sucedió el domingo 1 de junio, a las 11: 55 p.m. tras permanecer varias semanas en delicado estado de salud.
A través de un comunicado, el Obispado Castrense de Colombia lamentó la noticia y expresó que la partida del sacerdote representa un “luto de Iglesia y dolor de Patria”.
Esta noticia también tiene adoloridas a las comunidades misioneras, dado que monseñor Ochoa dedicó gran parte de su tiempo al trabajo con migrantes y población desplazada, así como a la ayuda de comunidades vulnerables en regiones fronterizas.
¿Quién era monseñor Víctor Manuel Ochoa?
Monseñor Ochoa Cadavid nació en Bello, Antioquia, el 18 de octubre de 1962. Hizo sus estudios en el seminario Conciliar de Medellín y luego se dejó llevar por las ideas y la argumentación, por lo que se especializó en Filosofía, en la Universidad Santo Tomás de Aquino, en Roma. Allí también hizo su doctorado.
Su carrera sacerdotal siempre estuvo llena de amor por la enseñanza, pues se desempeñó como formador de seminaristas y, además, fue director de casas de formación en Roma. Su trabajo se destacó por ayudar a los desamparados, ya que promovió la creación de albergues, comedores comunitarios e impulsó la creación de centros de atención integral para los más pobres con la ayuda de Caritas Diocesana y organizaciones internacionales.
Esta labor de entrega pastoral y liderazgo la conocía el papa Francisco y fue así como, el 24 de julio de 2015, el pontífice argentino lo nombró obispo de la Diócesis de Cúcuta. A su vez, el mismo Francisco, el 30 de enero de 2021, también lo designó como obispo castrense de Colombia.
Esta última labor encomendada por el papa la desempeñó con amor y liderazgo pastoral, acción que fue clave para abordar situaciones difíciles o críticas. En su trabajo de obispo castrense, veló siempre por la unión y el respeto al otro. También invitó al clero, a los fieles y a las Fuerzas Militares y de Policía a unirse en oración y a acoger la fe.
Por su labor pastoral y guía espiritual, hay un vacío en las Fuerzas Miliares. Paz en su tumba.