Tras la proclamación del Evangelio, tres cardenales de los tres órdenes (diáconos, presbíteros y obispos) se acercaron a León XIV para la entrega de las insignias episcopales “petrinas”: el cardenal Mario Zenari le impuso el Palio y el cardenal Luis Antonio Tagle le entregó el Anillo del Pescador . La ceremonia continuó con el rito simbólico de la obediencia, ofrecido al vicario de Cristo por doce representantes de todas las categorías del pueblo de Dios, provenientes de varias partes del mundo, entre ellos, el cardenal brasileño Jaime Spengler.
A continuación, vino la homilía del pontífice, quien saludó “con el corazón lleno de gratitud” y profunciando una de las frases más recordadas de San Agustín, orden de la que es miembro: “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”.
El nuevo líder de la Iglesia Católica recordó las últimas semanas, vividas de manera intensa con la muerte del papa Francisco, “que nos dejó como ovejas sin pastor”. A la luz de la resurrección, enfrentamos este momento y el Colegio Cardenalicio se reunió en cónclave para elegir al nuevo sucesor de Pedro, “llamado a custodiar el rico patrimonio de la fe cristiana y, al mismo tiempo, afrontar las preguntas, inquietudes y desafíos de hoy”.
Agregó el pontífice: “Fui elegido sin ningún mérito y, con temor y temblor, vengo a ustedes como un hermano que desea hacerse siervo de la fe y de la alegría, recorriendo con ustedes el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una sola familia”.
Amor y unidad En su discurso, León XIV destacó las dos dimensiones de la misión que Jesús confió a Pedro: el amor y la unidad.
En tal sentido, recalcó que Cristro recibió del Padre la misión de “pescar” a la humanidad para salvarla de las aguas del mal y de la muerte. Para el papa, esta misión permanece vigente hoy: “lanzar siempre y nuevamente las redes y navegar por el mar de la vida para que todos puedan reencontrarse en el abrazo de Dios”.
Explicó que esa tarea es posible porque Pedro experimentó en su propia vida el amor infinito e incondicional de Dios, incluso en la hora del fracaso y de la negación. A Pedro, por tanto, se le confía la tarea de “amar más” y dar su vida por el rebaño.
“El ministerio de Pedro está marcado precisamente por este amor oblativo, porque la Iglesia de Roma preside en la caridad y su verdadera autoridad es la caridad de Cristo. No se trata nunca de capturar a los demás con prepotencia, propaganda religiosa o medios de poder, sino siempre y únicamente de amar como lo hizo Jesús”, añadió León XIV.
Subrayó el pontífice que Pedro y sus sucesores deben apacentar al rebaño sin ceder nunca a la tentación de ser un líder solitario o un jefe por encima de los demás, convirtiéndose en dominador de las personas que les han sido confiadas. Al contrario, insistió, deben servir la fe de los hermanos, caminando con ellos.
“Hermanos y hermanas, quisiera que este fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado”, afirmó.
Mirar a Cristo, el pedido de León XIV En estos tiempos, sostuvo el papa, aún vemos demasiada discordia, heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo al diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la Tierra y margina a los más pobres .
“Y queremos ser, dentro de esta masa, un pequeño fermento de unidad, comunión y fraternidad. Queremos decirle al mundo, con humildad y alegría: ¡Miren a Cristo! ¡Acérquense a Él! ¡Acojan su Palabra que ilumina y consuela! ¡Escuchen su propuesta de amor para convertirse en su única familia! En el único Cristo, somos uno ”.
Para León XIV, es el espíritu misionero el que debe animar a la Iglesia, “sin encerrarnos en nuestro pequeño grupo ni sentirnos superiores al mundo”.
“Hermanos, hermanas, ¡esta es la hora del amor!”, concluyó el pontífice, exhortando a construir una Iglesia misionera, que abre los brazos al mundo y anuncia la palabra de Jesús. “Juntos, como un solo pueblo, todos hermanos, caminemos al encuentro de Dios y amémonos los unos a los otros” .
Reviva aquí completa la misa de inicio de pontificado del papa León XIV, cortesía de Vatican News: