La Iglesia católica funciona como un reloj, nada la detiene, y cada uno de los ritos se cumple al pie de la letra, tras la muerte del papa Francisco. Como lo habían anunciado, los cerca de doscientos cardenales que se preparan para el cónclave en Roma, acudieron este domingo para rezar ante la tumba del fallecido pontífice.
En medio de una romería de fieles que hacían fila desde primera hora de la mañana para ingresar a presentar respetos ante los restos de Francisco, los purpurados rezaron las segundas vísperas, con el mismo ambiente ceremonioso que ha rodeado cada uno de los actos desde el fallecimiento del papa.
Durante nueve días tendrá lugar la celebración de misas consecutivas por el alma del pontífice, luego iniciará el cónclave para elegir al sucesor. La fecha no se conoce aún, pero debería celebrarse en las primeras semanas del mes de mayo.
En medio de esos hombres de traje negro largo, que envuelven una llamativa mística, está el nuevo papa de la Iglesia católica, que tiene la misión de reavivar la fe en un mundo rodeado por el escepticismo.