Bogotá D. C., 16 de diciembre de 2024. Los desadaptados volvieron a protagonizar desmanes, destrozos y hechos criminales al interior de un estadio de fútbol. Esta vez fue en el Pascual Guerrero de la ciudad de Cali, donde se empañó la fiesta de la final de la Copa BetPlay que disputaban los equipos América y Nacional.
A los criminales no les importó que el partido era también la despedida oficial del capitán escarlata, Adrián Ramos, quien había anunciado el fin de su carrera competitiva con la final del clásico entre rojos y verdes.
Las lágrimas de impotencia del capitán Ramos, que se vieron a través de la transmisión de televisión, evidenciaron que la tristeza no era por la derrota en el terreno de juego, porque los jugadores del América lo entregaron todo en la cancha para remontar el 3-1 que habían tenido en la primera final en el Atanasio Girardot en Medellín, sino por la tristeza de ver cómo una fiesta del fútbol se convertía en actos de violencia de unos pocos.
Los desmanes dejaron más de diez policías lesionados y el alcalde de Cali, Alejandro Eder, lamentó lo ocurrido y rechazó de manera categórica los actos de violencia protagonizados por un grupo de hinchas en la tribuna sur del Pascual Guerrero.

Recompensa de $30 millones por criminales
La Alcaldía de Cali ofreció una recompensa de hasta $30 millones por información que permita individualizar y judicializar a los responsables de los desmanes y destrozos en el estadio ubicado en el barrio San Fernando.
El alcalde Eder dijo que se está trabajando con la Fiscalía y la Policía para identificar a los responsables y que se le pidió a la Comisión de Fútbol imponer sanciones ejemplarizantes para que este tipo de episodios no se vuelva a presentar en ningún estadio del país.
El mandatario anunció un sistema de empadronamiento de vanguardia como ocurre en Europa para tener la información de las personas que ingresan a los estadios y un sistema de cámaras con tecnología de punta para complementar las medidas de seguridad.
Finalmente, dijo que lo ocurrido en el estadio Pascual Guerrero es inaceptable y atenta contra los valores de convivencia, respeto y disfrute del deporte que se promueve en la ciudad.
El equipo Atlético Nacional no pudo dar la vuelta olímpica por los desmanes y tuvo que recibir el título en el camerino, debido a los hechos de violencia que se presentaron en la tribuna sur del Pascual Guerrero.
Las autoridades pusieron a disposición la línea multi-crimen número 314 3587212 para que los ciudadanos se comuniquen y entreguen información sobre los protagonistas de los hechos criminales.