El brasileño Anselmo Cunha fue galardonado en la categoría Individual-América del Sur con la foto “Aircraft on Flooded Runway”, que muestra un Boeing 727-200 rodeado de agua en el aeropuerto Salgado Filho de Porto Alegre. Las lluvias récord registradas entre abril y junio de 2024 provocaron la peor inundación de la historia de Rio Grande do Sul.
Graduado en periodismo en 2014, Anselmo trabaja como fotoperiodista independiente y colabora con Agence France-Presse (AFP). El ganador del World Press Photo of the Year 2025 se anunciará el 17 de abril.
Las precipitaciones sin precedentes provocaron la peor inundación en la historia de la región, dejando un paisaje de devastación que Cunha capturó con maestría. Esta foto se encuentra entre las más destacadas de la competencia.
Además, el trabajo de Cuhna ha sido ampliamente reconocido y publicado en el mundo, su capacidad de narrar historias a través de imagenes reafirma la importancia del fotoperiodismo para documentar eventos históricos y las transformaciones que ha tenido el planeta con el paso de los años.
La foto sirve como testimonio visual de los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos, resaltando la vulnerabilidad de las infraestructuras y las comunidades ante desastres naturales. Su trabajo no solo captura la tragedia, sino que también invita a la reflexión sobre la necesidad de tomar medidas urgentes frente al cambio climático y sus consecuencias en todo el mundo.
Sobre las inundaciones en Brasil
Desde el 29 de abril del 2024, el estado brasileño de Rio Grande do Sul sufrió graves inundaciones que provocaron centenas de muertes, deslizamientos y perdidas de infraestructura. Se estima que aproximadamente 2,4 millones de personas fueron afectadas por la peor inundación del país en más de 80 años.
Las inundaciones en Rio Grande do Sul fueron causadas por lluvias extremas provocadas por un bloqueo atmosférico generado por un sistema de alta presión en el centro-sur de Brasil.
Este sistema impidió el paso de frentes fríos y ciclones extratropicales, atrapando la humedad sobre la región y generando lluvias continuas con acumulaciones récord de agua. Entre el 26 de abril y el 2 de mayo del año pasado, varias ciudades registraron entre 500 y 700 mm de lluvia, lo que equivale a casi un tercio de la precipitación anual en solo unos días. Además, las temperaturas se mantuvieron entre 5 y 10 °C por encima de los valores históricos, intensificando la inestabilidad climática y agravando los efectos de las precipitaciones, lo que derivó en inundaciones devastadoras y deslizamientos de tierra.
A lo anterior se sumó la falta de mantenimiento de diques, muros de contención, compuertas y bombas, lo que contribuyó a que las fuentes hídricas superaran sus límites y el agua sobrepasara las estructuras de protección. La combinación de factores climáticos y fallas en la infraestructura amplificó el impacto de la emergencia, dejando a su paso un escenario de destrucción y afectación para miles de personas.