El 21 de noviembre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder del régimen venezolano, Nicolás Maduro, sostuvieron una llamada telefónica inédita para discutir una posible salida del mandatario del poder. El diálogo permaneció oculto hasta que el New York Times lo reveló el 28 de noviembre.
Trump confirmó la comunicación, pero evitó dar detalles. Sin embargo, el 1.° de diciembre, Reuters y otros medios internacionales publicaron la primera reconstrucción precisa de la conversación.
Las exigencias de Nicolás Maduro para dejar el poder, según Reuters
Tres fuentes consultadas por Reuters aseguran que Maduro expresó disposición a abandonar Venezuela, pero solo si se cumplía una lista estricta de condiciones. Entre ellas:
- Amnistía total para él y su familia: una “amnistía global” por cualquier delito, según el Miami Herald.
- Levantamiento de todas las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela, que superarían las 400 medidas, según observatorios locales.
- Fin del caso en la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de lesa humanidad.
- Eliminación de sanciones a unos 100 funcionarios de su gobierno, acusados de corrupción, narcotráfico y violaciones de derechos humanos.
Fuentes citadas por el Miami Herald añadieron que Maduro habría planteado mantener el control de las Fuerzas Armadas y permitir elecciones libres bajo un esquema “similar al modelo cubano”. En ese escenario, Delcy Rodríguez asumiría un gobierno interino.
Trump rechazó la propuesta y emitió un ultimátum
Según Reuters y el Miami Herald, Donald Trump rechazó la mayoría de las condiciones planteadas por Maduro y respondió con un ultimátum: tenía una semana para abandonar Venezuela con su familia.
El mandatario venezolano podría escoger libremente el país de destino, lo que llevó a especulaciones sobre Rusia, uno de sus principales aliados. El plazo expiró el 28 de noviembre, sin que se registrara movimiento alguno por parte del régimen chavista.
Una llamada tensa y sin puntos en común
La conversación duró menos de 15 minutos. La tensión aumentó cuando Trump exigió la renuncia inmediata de Maduro, algo que Caracas descartó. Tras el estancamiento, la comunicación terminó y desde entonces el régimen busca una segunda llamada, según fuentes diplomáticas.
En Washington, Trump y su equipo evalúan los siguientes pasos mientras mantienen la máxima presión sobre Caracas, reforzada por el despliegue militar en el Caribe ordenado en agosto.
El mandatario estadounidense también afirmó el fin de semana que el espacio aéreo venezolano debía considerarse “cerrado”, intensificando el cerco político y militar sobre el régimen.












