Las autoridades han logrado avances significativos en la investigación por el ataque contra el precandidato Miguel Uribe Turbay, ocurrido el pasado 7 de junio, que lo dejó en estado crítico hasta el día de su muerte el pasado 11 de agosto.
La captura de Simeón Pérez Manrique, conocido como alias ‘El Viejo’, fue el resultado de un trabajo minucioso que unió testimonios, interceptaciones y análisis forenses. Según la Fiscalía, Pérez habría actuado como enlace directo entre los determinadores del crimen y los ejecutores, reforzando la hipótesis de que detrás del magnicidio estaría la disidencia ‘Segunda Marquetalia’.
Cómo dieron con el paradero de alias ‘El Viejo’
El pasado lunes 27 de octubre, agentes del CTI de la Fiscalía y de la Policía Nacional lograron ubicarlo en la finca El Futuro, en Puerto Lleras (Meta), tras un operativo aéreo cuidadosamente planeado. La fiscal del caso, Elsa Reyes, reveló que durante la inspección al inmueble se encontraron armas de fuego, teléfonos, documentos y una moto Pulsar 250, todos elementos que fortalecen la evidencia en su contra.
Pérez, quien también usaba los alias ‘la Firma’, ‘Tulio’ y ‘Sebastián’, ya tenía una condena previa de 33 años por otros delitos. En el operativo participaron helicópteros de asalto debido a la presencia de estructuras armadas en la zona, como las disidencias ‘Jhon Linares’ y ‘Marco Aurelio Buendía’, del autodenominado Estado Mayor Central de las FARC.
Desde su captura, el procesado permanece bajo estricta vigilancia en el búnker de la Fiscalía, en Bogotá, y enfrenta cargos por homicidio agravado, uso de menores en delitos, concierto para delinquir y porte ilegal de armas.
El testimonio clave que lo delató
Una de las piezas más importantes del caso fue el testimonio de Katerine Martínez, alias ‘Gabriela’, capturada meses atrás por su participación en el homicidio. Durante un interrogatorio en julio, Martínez reveló que ‘El Viejo’ le entregó el arma usada para el ataque contra Uribe Turbay, una Glock 9 milímetros alterada para aumentar su letalidad.
En sus declaraciones, la mujer señaló que conoció a Pérez bajo el nombre de ‘Sebastián’, y lo tenía registrado en su celular como ‘Tulio’. Según dijo, él la contactaba con frecuencia para transportar armas y explosivos, a cambio de dinero.
Martínez relató que el 6 de junio, un día antes del crimen, se reunió con él en un bar de la localidad de La Fiscala, en el sur de Bogotá, y que al día siguiente recibió instrucciones directas para entregar el arma al joven sicario que ejecutó el ataque.
Tras el asesinato, ‘El Viejo’ la llamó para ordenarle que destruyera su celular y la tarjeta SIM, y luego coordinó su traslado a Florencia (Caquetá), donde presuntamente sería entrenada por la ‘Segunda Marquetalia’ como francotiradora y piloto de drones, pero fue capturada por las autoridades en dicha antes de reunirse con el grupo al margen de la ley.
El rastro del hijastro y las pruebas forenses
Otra pista decisiva surgió cuando la Fiscalía identificó al hijastro de ‘El Viejo’, quien se encontraba recluido en un centro para menores infractores. En una declaración, el joven mencionó que su madre convivía con un hombre llamado Simeón Pérez, lo que permitió confirmar su identidad.
Los investigadores también analizaron fotografías encontradas en el celular del sicario, entre ellas una imagen de Miguel Uribe Turbay tomada durante un evento público en Bosa, el 30 de marzo. Con el cruce de datos y geolocalización, la Fiscalía concluyó que Pérez estuvo en ese lugar, reforzando la hipótesis de su rol como coordinador del ataque.
‘El Viejo’, cabecilla de una red criminal
De acuerdo con el expediente judicial, desde 2022 Simeón Pérez habría liderado una estructura dedicada al tráfico de drogas, armas y robos de tractomulas en Bogotá y el Meta, donde todos lo reconocían como jefe. Una de sus prácticas más graves, según la Fiscalía, era reclutar menores de 14 años para ejecutar tareas delictivas, aprovechando su inimputabilidad penal.
Con su detención, ya son nueve los capturados por el asesinato de Miguel Uribe Turbay. La Fiscalía continúa avanzando en la identificación de quienes habrían ordenado el crimen, un paso clave en la investigación del magnicidio que conmocionó al país.












