La reciente inclusión de Armando Benedetti, ministro del Interior, en la famosa Lista Clinton ya comenzó a repercutir directamente en su vida económica. Según contó, sus tarjetas quedaron bloqueadas apenas horas después de hacerse pública la medida de Estados Unidos, un golpe que considera más político que jurídico.
La decisión del Departamento de Estado estadounidense llegó el 24 de octubre, en plena crisis diplomática entre Washington y Bogotá, e involucra también al presidente Gustavo Petro, su esposa Verónica Alcocer y Nicolás Petro. La sanción implica la congelación de sus movimientos financieros y restricciones para cualquier negocio relacionado con ese país.
Benedetti admitió en diferentes medios de comunicación que la situación lo tomó por sorpresa y lo ha dejado literalmente “maniatado” en términos económicos. “Claro que estoy golpeado, me dieron duro”, afirmó en Blu Radio, asegurando que no conocía el alcance de estas medidas. “Como a la hora o dos horas que salió la noticia, me las bloquearon”, dijo sobre la suspensión de sus cuentas y tarjetas.
“No hay ninguna justificación”
El ministro se mostró especialmente molesto porque considera que no existe fundamento criminal para incluirlo en esa lista, la cual históricamente ha señalado a presuntos involucrados en actividades ilícitas. A su juicio, la decisión estaría motivada por posturas políticas del expresidente Donald Trump y presiones de sectores de derecha colombianos en Washington.
Incluso, ironizó sobre el nivel de gravedad que se le estaría asignando: “Una cosa es que te prohíban ir a Disney y otra es que te metan con Osama Bin Laden”.
Defensa en marcha
Ante la compleja situación, Benedetti aseguró que ya trabaja con un equipo jurídico para buscar su retiro de la Lista Clinton y frenar las afectaciones a su labor como ministro. También investiga cómo se verá comprometido su sueldo como funcionario, pues hasta los servicios más simples, incluidos los pagos online, se habrían vuelto imposibles. “Todo eso se friega, se acaba”, lamentó.
Pese al panorama, insiste en que no tiene ningún vínculo con la delincuencia y que su inclusión en la lista es “una movida política” vinculada al contexto diplomático actual. “Si yo no fuera ministro del Interior, no me meten”, aseguró.
Por ahora, tanto él como el presidente Petro y su familia trabajan en las reclamaciones para revertir la sanción y limpiar sus nombres a nivel internacional.













