Por medio de un decreto, el presidente Donald Trump impone una nueva tarifa de US$100.000 a las personas que soliciten la visa H-1B con el fin de incentivar la contratación de mano de obra estadounidense, pero también proporcionando oportunidades de contratación a trabajadores extranjeros en campos altamente especializados.
Este pago será anual y deberá ser asumido por la empresa contratante, en vez de los $ 1.000 dólares que eran requeridos antiguamente.
¿En qué consiste esta visa?
Según la página web oficial del gobierno de los Estados Unidos, la visa H-1B está en la categoría de ‘no inmigrante’, dado que el trabajador solo estará en el país mientras dure el contrato, impidiendo la residencia permanente en el país.
Esta visa aplica para las personas que quieran prestar un servicio en un campo muy especializado, como en el sector tecnológico, de investigación, en el campo artístico o en el sector defensa.
De acuerdo con el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS), por sus siglas en inglés, estas visas tienen una duración de mínimo 3 años, prorrogables hasta por seis años, y deben ser entregadas por el empleador.
Debido a que esta normativa entra en vigor el domingo 21 de septiembre, hubo mucho inconformismo por parte de empleados que vieron en peligro sus trabajos. Sin embargo, Karoline Leavitt, secretaria de prensa de La Casa Blanca, explicó que el pago de 100.000 dólares aplica “solo a nuevos visados, no a renovaciones ni a quienes lo tengan actualmente”, escribió en su cuenta de X. La funcionaria también explicó que este valor es únicamente para los visados de H-1B.
¿Cuál es el objetivo de esta medida?
De acuerdo con la Casa Blanca, este impuesto busca limitar los permisos de trabajo para priorizar el uso de mano de obra local.
Cabe destacar que hay otra manera de ingresar a los Estados Unidos y es como inversor. El presidente Trump anunció un nuevo programa denominado “tarjeta dorada”, que consiste en el pago de 1 millón de dólares para el ingreso de inmigrantes y 2 millones de dólares en caso de que el trabajador sea patrocinado por una empresa.
Según el mandatario norteamericano, estas nuevas medidas buscan impulsar la economía estadounidense y privilegiar el empleo de calidad.