Después de la partida de Miguel Uribe, su esposa, María Claudia Tarazona, quien construyó una relación cercana con la opinión pública durante la hospitalización del senador, desapareció de los lentes de las cámaras y de todo tipo de actividad pública.
Su suegro y ahora precandidato presidencial, Miguel Uribe Londoño, reveló que María Claudia salió del país, junto con sus cuatro hijos, para tomar distancia en medio de su duelo.
El destino de esta mujer, a quien se le vio fuerte y valiente aún en las horas más oscuras, es Estados Unidos, donde permanecerá indefinidamente.
Aunque mucho se ha especulado sobre una posible candidatura suya, inicialmente a la presidencia, y después al Senado, Miguel Uribe Londoño descartó esta posibilidad. “Ella me ha dicho que no quiere participar en ninguna actividad política”, afirmó.
Sin embargo, reveló que lo aconseja y sigue siendo una persona cercana a él, máxime en estos momentos. “Ella es mi amiga, hemos tenido una relación espectacular y seguiremos así. Ella es mi consejera y hablamos todos los días”, reveló Uribe Londoño.
Mientras en Colombia se aviva la campaña política, esa en la que ya no participa Miguel Uribe, María Claudia empacó su dolor y eligió vivirlo a solas, alejada del ruido electoral, porque ella, más que a un político, despide a su compañero de vida, con el que compartió más de una década.
Aún resuenan sus palabras en el sepelio del senador, entrecortadas por las lágrimas de quien despide a un gran amor: “Miguel, te voy a amar cada día de mi vida hasta que llegue mi momento de encontrarme contigo en el cielo”.