Una noche que parecía rutinaria en el restaurante mexicano de William Nova terminó en tragedia. El pasado martes 5 de agosto, en Puente Aranda (Bogotá), un violento robo cobró la vida del dueño del local, quien fue atacado por delincuentes al no tener efectivo para entregar.
“Entraron armados y pidieron la plata”: detalles del ataque
Eran cerca de las 9:30 p. m. y el restaurante, ubicado en la calle 3 con carrera 31A, se preparaba para cerrar cuando varios hombres armados ingresaron al lugar. Según el relato de los empleados, los criminales golpearon a quienes estaban presentes y exigieron todo el dinero del día.
Una de las trabajadoras agredidas contó que, al no haber efectivo en la caja, pues la mayoría de pagos se habían hecho a través de Nequi, los ladrones llevaron a William Nova hasta el baño del restaurante. Desde allí, sus compañeros solo alcanzaron a escuchar lo que ocurría: minutos después, el emprendedor de 56 años fue asesinado.
“Solo teníamos pagos digitales, no había efectivo… y eso lo enfureció”, relató una empleada a El Ojo de la Noche de Caracol Televisión. Antes de huir, los atacantes robaron las pocas pertenencias del dueño, incluyendo su celular y algunos billetes. Testigos aseguran que escaparon en dirección a la avenida NQS.
Llegada tardía de las autoridades
Los empleados salieron a pedir ayuda, pero denuncian que la Policía tardó en llegar al lugar más de media hora. Para ese momento, William Nova ya no tenía signos vitales.
Este crimen ha dejado una profunda tristeza entre familiares, amigos y vecinos, que recuerdan a William como un hombre trabajador, amable y comprometido con su negocio.
Dos hijos huérfanos y un restaurante que podría cerrar
Además del profundo dolor que deja su partida, la tragedia pone en riesgo la estabilidad de varias familias. Nova era padre de dos niños y el restaurante que levantó con esfuerzo podría cerrar definitivamente, dejando sin empleo a quienes trabajaban junto a él.
“No solo nos quitaron a un gran ser humano, también nos dejaron en la incertidumbre. Muchos vivimos de este lugar”, lamentó una de las empleadas.
El caso ha despertado preocupación por la creciente inseguridad en Bogotá y el impacto directo que tiene sobre pequeños comerciantes que luchan por salir adelante.