Un juzgado de Florencia, Caquetá, condenó a 32 años de cárcel a Manuel Ranoque, padrastro de los hermanos Mucutuy, los niños indígenas rescatados tras 40 días perdidos en la selva del Guaviare después de un accidente aéreo en 2023, por el delito de abuso sexual continuado contra su hijastra de 10 años.
La investigación, liderada por la Fiscalía General de la Nación, determinó que los abusos sexuales tuvieron lugar a partir de 2020 dentro del resguardo indígena Puerto Sábalo-Los Monos, en Solano (Caquetá). La menor fue víctima de acceso carnal violento y actos sexuales agravados, siendo obligada a guardar silencio debido al ambiente de intimidación generado por el agresor.
Los hechos que motivaron la sentencia se conocieron luego de que la víctima fuera rescatada en las selvas de Guaviare, donde cayó la avioneta en la que se movilizaba junto con su mamá y hermanos. El hombre fue declarado responsable de los delitos de acceso carnal violento y actos…
— Fiscalía Colombia (@FiscaliaCol) August 2, 2025
El testimonio de la víctima fue clave tras el accidente aéreo
El abuso salió a la luz después del accidente aéreo ocurrido el 1 de mayo de 2023, cuando los menores quedaron bajo protección del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Fue en ese contexto que la niña decidió denunciar la violencia sufrida durante casi tres años, permitiendo que la Fiscalía presentara pruebas contundentes en el juicio que llevaron a la condena del agresor en primera instancia.
Proceso judicial y sentencia
Durante el juicio oral, las pruebas presentadas por la Fiscalía probaron la culpabilidad de Ranoque. La acusación incluyó acceso carnal violento y actos sexuales con menor de 14 años. La contundencia del material probatorio fue determinante para la condena. La sentencia aún puede ser apelada.
El rescate y la recuperación de los hermanos Mucutuy
Los cuatro hermanos, quienes sobrevivieron 40 días en la selva tras el accidente de la avioneta Cessna 206, recibieron atención integral del ICBF, incluyendo acompañamiento psicológico, nutricional, social y pedagógico, siempre respetando su identidad y cultura indígena
La Procuraduría y el ICBF acompañaron durante más de dos años a los menores para restablecer sus derechos y facilitar su regreso con su familia el pasado 18 de junio. El retorno de los niños a su hogar fue catalogado como el inicio de una nueva etapa en la que se busca fortalecer sus vínculos familiares y asegurar un entorno amoroso y digno para su desarrollo.










