Una decisión judicial tiene revolucionada la política nacional. Y no es para menos, por primera vez, es condenado un expresidente de la República, cuyo liderazgo aún sigue vigente en medio de odios y amores de la opinión público.
El expresidente Álvaro Uribe, condenado por los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal, sigue siendo una voz resonante en Colombia, cómo líder del Centro Democrático, el principal partido de oposición del país.
Indudablemente, hay un sector del país ampliamente descontento con el gobierno del presidente Gustavo Petro. A ello se suma esta condena que, prácticamente, ante sus ojos, significa una “jugada de la izquierda”, y es combustible para que se aviven los gestos de rechazo a una nueva presidencia progresista.
Por otra parte, entra con fuerza a la baraja presidencial el congresista Iván Cepeda, a quien ya algunos miembros de la izquierda le han hecho coqueteos para que sea su candidato. Aunque el senador se ha negado, algunos consideran que esta decisión judicial puede cambiar los planes de todos.
El mismo Uribe habría puesto sobre la mesa esta posibilidad, en un trino del pasado 25 de julio: “Dice el Petrismo, si las cosas nos salen como esperamos y condenan a Uribe, Cepeda es nuestro candidato”, escribió el expresidente.
Más allá de que Cepeda sea candidato o no, sí está renovando la fuerzas de una izquierda golpeada por la cuestionada administración del presidente Gustavo Petro. Le está inyectando gasolina a un sector político, que busca desesperadamente mantenerse en el poder.
La pelea no estará fácil, ya que la derecha ahora se está llenando de argumento para reencauchar el discurso de la politización de la justicia, “la amenaza chavista” y la “persecución a opositores”.
Y este escenario bien lo conoce el progresismo, ya que este tipo de decisiones mueven pasiones y mueven votos. Ya pasó cuando el entonces alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, fue destituido, decisión que, más que afectar su carrera política, influyó en que reforzara su discurso político y se llenara de razones para buscar la Presidencia de la República.
Si bien hay separación de poderes en Colombia, en la arena electoral, este fallo judicial contra Uribe no conoce fronteras, y va a influir -guste o no- en la elección del futuro presidente de Colombia.












