El pasado viernes circuló un decreto en el que el presidente Gustavo Petro encargaba como ministro delegatario a Armando Benedetti, durante su visita oficial a China. Sin embargo, horas después de que varios medios publicaran la noticia, el mandatario salió a negarlo.
“Que pena desmentirlos. Quien me reemplazará es la persona que lo ha hecho en la mayoría de las veces cuando salgo del país: Guillermo Alfonso”, señaló el presidente en redes sociales.
Sin embargo, el decreto había estado publicado unas horas en el sitio web del DAPRE y luego fue desmontado.
Aunque el tema quedó en vilo el fin de semana, este lunes, 12 de mayo, se conoció que incluso la decisión de dejar a Benedetti como ministro delegatario había sido informada al Congreso.
“Me permito por su digno conducto dar aviso al honorable Congreso de la República de mi traslado entre los días 10 al 17 de mayo de 2025 a la República Popular China, con el fin de asistir a la Reunión Ministerial del Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños – CELAC- y realizar una visita oficial a ese país. Durante mi ausencia ejercerá las funciones legales y constitucionales que le sean delegadas, de acuerdo a la precedencia establecida en la ley, el señor ministro del Interior, doctor Armando Alberto Benedetti Villaneda”, reseña el oficio dirigido al presidente del Congreso, Efraín Cepeda.
Los ecos del debate
Incluso, el mismo Armando Benedetti reconoció que había sido notificado, sin embargo, hay un debate sobre su militancia política, pues no está claro si pertenece a Colombia Humana. De llegar a estar adscrito a otro partido, no podría ejercer dichas funciones.
Lo cierto es que ni escándalos ni las confesiones le han restado poder a Armando Benedetti, quien, por el contrario, parece fortalecerse cada día más dentro del Gobierno.
El presidente Petro se trasladó a la República Popular China, con el fin de asistir a la Reunión Ministerial del Foro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños – CELAC- y realizar una visita oficial a ese pais. Después del escándalo, que aún sigue álgido, encargó de funciones presidenciales al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo.