Hay amistades inquebrantables y una de ellas es el vínculo construido entre Francisco de Asís y fray León, casualmente, dos personajes de la historia católica que tienen los nombres del saliente y del entrante papa, Francisco y León XIV. Estos dos últimos también fueron cercanos y aliados.
Conozcamos un poco de la entrañable relación que se forjó por allá en el año 1210, cuando fray León conoció a Francisco de Asís y se convirtió en su discípulo.
Con el paso de los días, fray León se convirtió en la mano derecha y en el gran apoyo de Francisco de Asís, quien le entregó varias responsabilidades, como ser su secretario y confesor. Además, el fraile acompañó al santo, como enfermero, en los momentos más críticos y cuando la muerte tocó su puerta.
Ahora estos dos nombres salen de nuevo a la luz porque, pese a su antigüedad, encarnan otra gran amistad, la del papa León XIV y el papa Francisco, quienes crearon fuertes lazos, entre otras cosas, por su amor a América Latina, sus orígenes migrantes, el fervor a la Virgen María y la preferencia por los que sufren.
Adicionalmente, fue el papa Francisco quien llevó al padre Robert Prevost a Roma y, de alguna manera, lo condujo hasta la silla de San Pedro.
Desde que inició su pontificado, el santo padre argentino y jesuita se fijó en aquel sacerdote agustino, nacido en Estados Unidos y con nacionalidad peruana. Primero lo nombró obispo de Chiclayo en 2015 y luego lo creó cardenal en el 2023. Además, lo designó presidente de la Pontificia Comisión para América Latina y prefecto del Dicasterio para los Obispos.
León XIV acompañó hasta el final al papa Francisco, tal como lo hizo hace mucho tiempo atrás fray León con Francisco de Asís. Estas historias de amistad y la elección de los nombres de sus protagonistas demuestran que existen casualidades que vinculan vidas y destinos.