El lunes, España y Portugal se vieron afectados por el corte de suministro eléctrico que provocó el colapso en el servicio de transporte, salud y comunicaciones. Debido a las consecuencias que generó, fue catalogado como el apagón más grave de la historia.
Así lo confirmó la Red Eléctrica, el gestor de la electricidad en España, al explicar que la falta de suministro eléctrico se debió a la desconexión y un “grave desequilibrio” entre generación y demanda, con lo cual el sistema colapsó, llevando a una situación de ausencia de tensión de suministro en España peninsular, Portugal y el sur de Francia.
Debido a las problemáticas y el caos en el sistema de transporte, el presidente de España, Pedro Sánchez, aseguró que se está investigando la razón por la que se perdió “súbitamente” la generación eléctrica y anunció que este martes realizará la reunión del Consejo de Seguridad Nacional para facilitar su operatividad.
A su vez, Sánchez aseguró que esta pérdida de electricidad “no había pasado jamás” y sentenció que para restablecer el servicio, “todos los recursos del Estado estaban siendo movilizados desde el minuto uno”.
Y es que el caos y la confusión se extendieron por la Península Ibérica, con excepción de las islas Ceuta y Melilla, por la duración y el número de afectados. Entre los servicios que dejaron de funcionar están los cajeros electrónicos, pues debido a la falta de electricidad, cientos de ciudadanos se quedaron sin poder retirar dinero.
El servicio de transporte también se vio afectado. Muchos pasajeros que viajan el en metro de Madrid no pudieron llegar a sus destinos. Uno de los usuarios recalcó que “se fue la luz y el vagón se detuvo, pero afortunadamente, el tren logró avanzar lentamente, hasta la plataforma”.
Otro de los servicios con más intermitencia fue el de comunicaciones. Las personas salían a las calles en vano, para intentar conectarse a la red, pero debido a que no era posible, muchos recurrieron a aparatos de radio, en lugar de celulares, para informarse de lo que estaba ocurriendo.
Para evitar el uso excesivo de este servicio, las autoridades recomendaron evitar desplazamientos y usar los teléfonos solo para llamadas breves, para no colapsar los servicios de emergencia, y recomendaron seguir y consumir información oficial.
La falta de electricidad también generó angustia en las personas que utilizan los ascensores, pues al momento del apagón muchas quedaron atrapadas. Fue necesaria la intervención de las autoridades, quienes ayudaron a salir a más de 350 ciudadanos.
El apagón afectó la movilidad
La falta de suministro eléctrico inutilizó los semáforos, lo que ocasionó graves trancones, por lo que fue necesaria la acción policial para controlar el caos vehicular. Muchos pasajeros optaron por caminar entre tres y cuatro horas para devolverse hasta sus casas debido al colapso del tráfico.
Según las autoridades, la interrupción del servicio del metro y el transporte de cercanías dejó atrapadas entre 30.000 y 35.000 personas que tuvieron que ser evacuadas de los trenes que quedaron varados durante el apagón.
A su vez, el gobierno redujo el tráfico aéreo en un 20% para garantizar la seguridad de los pasajeros, así como el flujo aéreo.
Todo este caos volcó a los españoles a los supermercados para aprovisionarse, así que muchos locales comerciales quedaron sin suministros de agua, alimentos frescos, pilas y productos de aseo.
Tras el corte, la red Eléctrica aseguró que el fallo se debió a un fenómeno atmosférico inusual. Por ello, se seguirán adelantando investigaciones para determinar si existieron otras causas que generaron este apagón y que paralizó la vida de cientos de ciudadanos en Europa.