El hurto a personas sigue siendo uno de los dolores de cabeza de ciudadanos y autoridades en Bogotá, pero hay que decir que la curva ha venido en descenso en algunas zonas de la ciudad, según reveló el programa “Hablemos, Bogotá”, de Canal Capital.
De acuerdo con la Policía metropolitana de Bogotá, este año se han presentado 35.200 casos de hurto a personas, 5 mil robos menos que en el mismo trimestre de 2024.
Incluso, en algunas zonas que han sido foco de robos, se ha registrado una caída significativa en este delito. Por ejemplo, en Teusaquillo se pasó de 615 casos en los primeros cuatro meses de 2024 a 260 este año. En Chapinero alto, cayeron de 406 a 156. Y así en ocho sectores más.
No obstante, localidades como Suba, Engativá y Kennedy siguen teniendo números en rojo. Y el robo de celulares es uno de los más comunes.
“Susticos de pronto en los barrios, en Patio Bonito, en Kennedy, hay mucha inseguridad que se mira por ahí”, afirma Líderman Ariza, habitante de la capital, ante las cámaras de “Hablemos, Bogotá”.
Por su parte, Carlos Peña, relata su trago amargo: “Me robaron un celular que compré hace poco, me lo raparon”.
De acuerdo con la Policía de Bogotá, hay un plan especial en marcha que ha permitido capturar a 2189 delincuentes este año, dedicados al atraco y otras modalidades de robo a personas.
Un cambio que ha sido notorio en la ciudad es la presencia de uniformados en varias zonas y vías.
“La Policía Nacional ha hecho una inyección de policías en el último año, lo que nos ha permitido llegar a un total de 16.700 policías, los cuales han sido distribuidos en las zonas críticas de la ciudad, siendo claros en que nunca la cantidad de policías va a ser suficiente de acuerdo con las necesidades que tiene Bogotá”, dijo el subcomandante de la Policía Metropolitana, coronel Miguel Camelo.
¿Pero por qué mientras las cifras de hurto a personas tienen una mejoría, los ciudadanos siguen sintiendo temor de ser robados? “En la cultura popular se instalan una serie de imaginarios como no dar papaya, de estar vigilantes. Y también eso genera un estado permanente de desconfianza, que es el efecto más negativo de esto”, dijo Carlos Charry, profesor de la Universidad del Rosario.
Lo cierto es que en Colombia, y particularmente en Bogotá, no pasa de moda la premisa de “no dar papaya”, y por eso, muchos ciudadanos prefieren estar alerta para evitar un mal rato y cuidar su vida. Porque a algunos ladrones no les basta con robar, sino que también terminan agrediendo a las víctimas.