¿Desistió por voluntad o por presión? Es la pregunta que podría hacerse tras la decisión del polémico cardenal Giovanni Angelo Becciu de no participar en el cónclave que, desde el próximo 7 de mayo, decidirá quién es el nuevo papa de la Iglesia católica luego del fallecimiento de Francisco.
El jerarca se hizo a un lado en medio de la creciente polémica por su presencia en el Vaticano durante la despedida del pontífice argentino, el mismo que le retiró sus privilegios en medio de un proceso por presunta corrupción. Fuentes presentes este lunes en la congregación de cardenales indicaron que Becciu se hizo a un lado después de conocerse al menos dos documentos en los que Francisco indicaba que dicho monseñor no podía participar en el cónclave.
Aceptó no entrar a la Capilla Sixtina por el “bien de la Iglesia”, añadieron las fuentes.
El caso de Becciu está generando “sufrimiento” y bastante ruido en el colegio cardenalicio. Lo admitió un prelado a medios de comunicación.
El que fuera sustituto de Asuntos Generales de la Secretaria de Estado y prefecto de la Causa de los Santos “es una persona estimable”, pero esto no significa que “no sea culpable”, subrayó el también purpurado italiano Giuseppe Versaldi.
Becciu se encuentra participando en las congregaciones generales, como los demás 252 cardenales, de los que 135 entrarán en el cónclave al ser menores de 80 años. A él, el Vaticano lo cuenta como no elector.
El cardenal italiano, de 76 años, fue concenado a más de 5 años de cárcel por supuestas irregularidades financieras. En 2020, el papa Francisco lo despojó de todos los derechos asociados al cardenalato.