Más de 60.000 personas han llegado a la Basílica de San Pedro a despedir a Francisco, durante el día y la noche. Las puertas casi que no han podido cerrar por la cantidad de fieles que han hecho fila para ver por última vez al Papa que no deja de sonreír, ni aun muerto.
Y es que un detalle que ha llamado la atención de devotos y clérigos ha sido la expresión plácida que conserva, en su ataúd, el hombre alegre y bromista que llevó las riendas de la iglesia católica durante 12 años.
El rostro ya sin vida de Francisco parece esbozar una sonrisa, esa que devuelve a cada feligrés que se acerca a contemplar su cuerpo, ya inerte, pero que aún transmite paz a los vivos.
Ni la muerte le ha robado la alegría a un hombre que le pedía a los sacerdotes no “avinagrase”.
“Cuando un cristiano, más aún, una religiosa o religioso pierde el sentido del humor, se avinagra. Es tan triste ver a un cura, un religioso o a una monja, avinagrado. Están conservados en vinagre”, dijo un día entre risas.
También ha llamado la atención que el cuerpo de papá luce sus tradicionales “zapatones” negros, que siguió usando cuando fue proclamado papa, ya que se negó a llevar mocasines de marcas lujosas como todos sus antecesores.
Esta jueves, se llevará a cabo el rito del cierre del féretro, a las 12:30 del mediodía, hora de Colombia. Así se cumplen los últimos pasos para dar sepultura este sábado, 26 de abril, al primer papa latinoamericano.