Se fue el papa Francisco, se fue para siempre. El mundo ya no verá más su rostro amable ni escuchará sus consejos sabios. Esa es la dura realidad para millones de personas que querían y respetaban al pontífice argentino. Una realidad que se hace cada vez más fuerte, a medida que se acerca la hora del funeral.
Este viernes se cerrarán las puertas de la Basílica de San Pedro y el ataúd será sellado. Será la última vez que veremos la figura del líder de la Iglesia católica. Un momento, sin duda, difícil y muy triste.
El Vaticano calcula que más de 100.000 personas, provenientes de muchas partes del planeta, han pasado frente al féretro del papa que abogó por los más necesitados, se preocupó por el cambio climático, abrió las puertas a los discriminados, peleó por los migrantes y pidió a los curas, a los pastores, salir a las calles y oler a ovejas.
Esta es la señal en vivo de Vatican News:
Este sábado, a las 10 de la mañana (hora de Roma), más de 100 cardenales y cerca de 50 jefes de Estado se reunirán en la Plaza de San Pedro para despedir al papa Francisco. Pero también habrá gente sencilla, los verdaderos amigos del pontífice, diciendole “gracias” y “no te vamos a olvidar”.
Luego de la ceremonia, los restos serán trasladados a la Basílica de Santa María la Mayor, donde Francisco deseaba descansar, en la casa dedicada a la madre de Jesús. En la entrada del templo habrá migrantes, transexuales, habitantes de calle y presos, con rosas en la mano, personas que sintieron en su corazón el afecto y la acogida de un padre que no los rechazó. Amor para quien dio amor.
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