Todo está cumplido, como dijo Jesús en la Cruz, esta vez para el funeral del papa Francisco, quien falleció el pasado lunes de Pascua, 21 de abril y será despedido este sábado, 26 de abril.
La Iglesia Católica realizó el tradicional rito de cierre del ataúd del pontífice, cuyo cuerpo estuvo expuesto desde el pasado miércoles, para que los fieles pudieran despedirlo.
En una mística ceremonia, encabezada por el camarlengo Kevin Farrel y el maestro de las celebraciones Litúrgicas Pontificias, Diego Ravelli, se cumplió con cada una de las tradiciones que encarna este momento privado y espiritual, cargado de simbolismo, al que solo accedieron unas cuantas cabezas de la Iglesia.
El rostro del papa Francisco fue cubierto con un velo blanco de seda, que es sinónimo de pureza y que guarda una enorme simbología para el reencuentro del santo padre con Dios y la Virgen.
Mientras se cumplía con este rito, a cargo de monseñor Ravelli, se pronunciaba la siguiente oración: “Dios todopoderoso, Señor de la vida y de la muerte, creemos que la vida del Santo Padre Papa Francisco está ahora escondida en Ti, que su rostro está contemplando Tu belleza, por Cristo Nuestro Señor”.
Así mismo, se puso dentro del ataúd una bolsa de tela con 12 monedas de oro, que simbolizan el número de años de pontificado de Francisco.
El cardenal camarlengo roció el cuerpo del papa con agua bendita, acto que está fuertemente vinculado al bautismo y al reconocimiento como cristianos. Esta práctica ya se había realizado en la Capilla de Santa Marta, pocas horas después de la muerte del sumo pontífice.
Monseñor Diego Ravelli, el maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, fue el encargado de redactar el Rogito, que es el acta oficial en la que se recuerda la vida y obras más importantes del papa Francisco.
De este documentos se generan dos copias, firmadas por los asistentes, una vez se haya leído el texto en voz alta, según explica ACI Prensa. Una de ellas se introduce en un tubo de metal que es ubicado en el féretro. La otra pasa a formar parte del archivo de la Oficina de las Ceremonias Litúrgicas del Pontífice.
La ceremonia se llevó a cabo a las 8:00 de la noche de este jueves, 25 de abril, hora de Roma. Ya la Basílica de San Pedro cerró sus puertas a la feligresía. Dentro de pocas horas, será el adiós definitivo, y quedará una última imagen del paso de Francisco por la Tierra, antes de que su féretro ingrese a la Basílica de Santa María La Mayor, donde reposará para la eternidad.
De esta manera, se cumple con el ritual estipulado por la Iglesia Católica para poder darle cristiana sepultura al papa de la misericordia, del amor y de la alegría.