Si buena parte del mundo pudiera hacerlo, seguro estaría allí, en la Basílica de San Pedro, despidiendo al papa Francisco, un pontífice que se ganó el corazón no solo de los católicos, sino incluso de ateos y seguidores de otros credos.
Así queda demostrado con la gran cantidad de gente, venida de distintas partes del planeta, que se ha acercado al Vaticano para darle el último adiós al argentino que transformó la Iglesia, que la hizo más humana y sencilla. Las filas no se detienen, como tampo se termina el cariño por el llamado vicario de Cristo.
Esta es la señal en vivo de Vatican News:
Quedan pocas horas, hasta este viernes en la tarde, para ingresar a la basílica. Este 23 de abril, el cajón donde reposan los restos del papa Francisco será sellado y el sábado, a las 10 de la mañana (hora de Roma), será el funeral en la Plaza de San Pedro.
A las exequias asistirán muchos jefes de Estado, empezando por el presidente Donald Trump. Pero, sobre todo, estará el pueblo al que amaba el pontífice. En la explanada estarán también los sencillos, la gente de a pie, esa por la que su santidad abogó de todo corazón.
Luego de la ceremonia, el féretro será trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor, donde el papa pidió ser sepultado en una tumba simple, con solo una descripción: Franciscus. Allá, a los pies de la imagen de la Virgen, descansará en paz.
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