Revuelo han causado las líneas escritas por el excanciller Álvaro Leyva, quien fue uno de los funcionarios cercanos al presidente Gustavo Petro, y que de un tiempo para acá, viene lanzando pullas al mandatario a través de redes sociales. Esta vez, escribió una fuerte carta en la que habla de asuntos muy delicados, que comprometerían al Gobierno.
Resuena principalmente un párrafo en el que alude a un posible problema de drogadicción por parte del jefe de Estado.
“Los recuerdos que todavía tengo frescos de episodios ocurridos, siendo yo el primer testigo, me producen aún desazón y desconcierto. Uno de ellos, la ocasión en que usted se desapareció dos días en París durante una visita oficial. Como si inteligencia francesa fuera incompetente como para no haber conocido su paradero (…) Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de la drogadicción. ¿Pero qué podía yo hacer? Seguro fui inferior. Lo he debido aproximar, ayudar, asistir oportunamente”, escribe Leyva.
Y continúa con otras duras críticas y señalamientos. “Sus desapariciones, llegadas tarde, inaceptables incumplimientos, viajes carentes de sentido, frases incoherentes, cuestionadas compañías según algunos y otros descuidos suyos se han registrado y se siguen registrando señor Presidente. Bien se sabe que ha caído usted en muy frecuentes tiempos de soledad, ansiedad, depresión y otras manifestaciones de dificil superación, algunas de alto riesgo”, expresa.
Incluso alude a que lo tienen “secuestrado” y le pide desmarcarse de algunas personas que lo rodean. “Por lo pronto Presidente desvincule a quienes han abusado de usted, que se han aprovechado de su complejísima situación y que le han hecho y continúan haciéndole terrible daño. Tan evidentes son que están en boca y mentes de cientos de miles de compatriotas: El Presidente de Ecopetrol, Benedetti y la señora Sarabia. Dícese de ellos que lo tienen secuestrado. Créame que con esa medida adelantaría en algo la solución”.
Y arremete abiertamente contra el ministro del Interior, Armando Benedetti. “Me correspondió nombrar a Armando Benedetti como embajador en Venezuela. Me dijo usted que hablara con él. Lo cité a mi apartamento. No quería aceptar la designación. Aspiraba a trabajar en una posición importante en Colombia. Quizá como un eventual ministro. Como si yo estuviera al tanto de sus problemas personales me manifestó que el doctor Miguel Bettín ya lo tenía al otro lado. Lo comentamos. Comprendí por todo lo que manifestaba que estaba adicto a las drogas (…) De mi entrevista con Benedetti concluí que se trataba de un enfermo. Sigue igual señor Presidente”, asevera Leyva.
También le dedica unas líneas puntuales a Laura Sarabia, actual canciller, de quien afirma “era la dueña del tiempo” del presidente. “Asumí la Cancillería con ánimo desprevenido, con deseos sí de lucirme buscando que usted alcanzara ser un líder continental y una esperanza mundial. Pero me sorprendió desde un comienzo que no nos pudiéramos sentar en ningún momento para trazar la política exterior del Estado. Cuando iba a buscarlo la señora Sarabia conocida de autos me hacía esperar por horas con la excusa de que usted eventualmente me recibiría. Tantas veces ocurrió lo mismo que finalmente comprendí que ella era la dueña de su tiempo, de algunos quehaceres suyos y que, además, le satisfacía algunas necesidades personales”, manifestó.
Finalmente, Álvaro Leyva señala que Colombia requiere la unión, no la confrontación caótica, y exhorta a evitar un incendio social. Incluso, le pide recibirlo y escucharlo. “Ojalá se animara a hacerlo. Le haría una necesaria insinuación pensando en usted y en la nación entera”, concluye la misiva.
