Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, falleció este lunes 21 de abril a los 88 años, dejando un legado espiritual inigualable, pero también una historia entrañable de pasión por el fútbol y, en particular, por el club de sus amores: San Lorenzo de Almagro. El mundo llora la partida del pontífice argentino, pero el fútbol argentino, y en especial el club de Boedo, despide a uno de sus hinchas y socios más ilustres.
Nunca fue uno más y siempre fue uno de los nuestros. Cuervo de niño y de hombre… Cuervo como sacerdote y Cardenal… Cuervo también como Papa…
Siempre transmitió su pasión por el Ciclón: cuando iba al Viejo Gasómetro para ver al equipo del 46, cuando confirmaba a Angelito… pic.twitter.com/nVc8fWC9wi
— San Lorenzo (@SanLorenzo) April 21, 2025
Un “cuervo” en el Vaticano
Desde su infancia en el barrio porteño de Flores, Jorge Mario Bergoglio vibró con los colores azulgranas. Heredó de su familia la pasión por San Lorenzo, equipo que forjó su carácter y lo acompañó en todas las etapas de su vida. Lo que comenzó como un amor de tribuna en el estadio viejo Gasómetro, se transformó en un vínculo imborrable que incluso llevó consigo hasta el trono de San Pedro en el Vaticano.
El apodo de “cuervo”, común entre los hinchas de San Lorenzo por su asociación con los sacerdotes salesianos de sotana negra, se convirtió en un símbolo más de su identidad. Aunque se convirtió en papa, Francisco nunca dejó de ser hincha. En entrevistas, en público, audiencias y hasta en reuniones diplomáticas, encontraba un espacio para hablar de su amado club.
Francisco, más que un hincha en San Lorenzo
El fallecido papa no solo era un hincha más del equipo, sino que desde el año 2008 era socio de San Lorenzo. Se convirtió en el socio número 88.235 del club e incluso luego de convertirse en papa siguió abonando la cuota correspondiente, según confirmó el mismo equipo.
Una extraña coincidencia del fallecimiento de Francisco es que falleció a los 88 años de edad a las 2:35 a.m. hora de Argentina, números que juntos conforman el número de su carnet de socio.
💙❤️🕊️ El carnet de #SanLorenzo del papa #Francisco es 88235 y murió a los 88 años a las 2.35 am de ARG.
Además, el número 88 significa “El Papa” en la quiniela. pic.twitter.com/VU1nEqU9xE— San Lorenzo Primero (@SanLorePrimero) April 21, 2025
La Copa Libertadores: el sueño cumplido
En 2014, San Lorenzo logró lo que durante décadas pareció imposible: ganar la Copa Libertadores. Fue un momento de gloria que Bergoglio celebró durante un vuelo rumbo a Corea del Sur en el que contó que durante la final le pidió a sus colaboradores que le informaran minuto a minuto del resultado.
Ese título, el primero y único del club en el torneo continental, fue una victoria no solo para los jugadores y aficionados, sino para el papa que había esperado ese momento toda su vida. Fue tal la importancia de San Lorenzo para él, que todo el plantel campeón de aquella Copa Libertadores fue hasta el Vaticano para entregarle al sumo pontífice el trofeo que su santidad, como hincha, había esperado levantar desde hace más de 50 años.
“La alegría en la cara de la gente, la adrenalina en la sangre…”, recordaba el papa sobre el campeonato de 1946, uno de sus momentos más felices como hincha. En 2018, al ser consultado, fue capaz de decir de memoria la alineación titular de aquel equipo campeón hace más de 70 años.
Francisco, el papa futbolero
En múltiples oportunidades, el pontífice habló sobre su relación con el fútbol. Contaba que jugaba de arquero porque “era pata dura”, y que en su infancia la pelota de trapo era suficiente para crear alegría. Para él, el fútbol era más que un deporte: era un espacio de comunidad, de esfuerzo colectivo y de fe.
El cura que bendecía a los jugadores de San Lorenzo a finales del Siglo XX
Incluso, Francisco protagonizó una de las anécdotas más pintorescas de la historia del fútbol argentino. En 1998, el entonces sacerdote Bergoglio intentó bendecir al plantel de San Lorenzo como venía siendo costumbre, pero fue echado del vestuario por Alfio “Coco” Basile, técnico recién llegado al equipo en ese momento. Años más tarde, Basile descubriría que aquel cura que echó del vestuario terminaría convirtiéndose en el líder espiritual de millones: el papa Francisco. Bacile recuerda aquella anécdota con humor luego de ver hasta donde había llegado aquel cura que con sus oraciones intentaba influenciar en el rendimiento del equipo.
Adiós #PapaFrancisco. La mejor anécdota de Bergoglio la tiene sin dudas el Coco Basile @Alfio_Basile pic.twitter.com/MuyGM2JQKT
— Abel (@GameMasterAbel) April 21, 2025
El legado de un hincha eterno
El fallecimiento de Francisco no solo deja un vacío en la Iglesia Católica, sino también entre los hinchas del Ciclón. El hombre que caminó desde el Gasómetro al Vaticano, sin renunciar a sus pasiones ni a sus raíces, se convirtió en símbolo de humildad, compromiso y amor por el fútbol.
San Lorenzo pierde a su hincha más grande, y el mundo al papa que predicó con los pies en la tierra y el corazón en la cancha. Hoy, el cielo tiene un nuevo arquero.