El papa Francisco, líder espiritual de más de 1.300 millones de católicos y defensor incansable de los más pobres y marginados, falleció a los 88 años, según confirmó oficialmente el Vaticano este lunes en la mañana. La noticia fue anunciada por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo del Vaticano, quien informó que el sumo pontífice murió a las 7:35 a. m. (hora local).
“Queridos hermanos y hermanas, con profundo pesar debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco”, declaró el camarlengo en un comunicado.
“A las 7:35 a.m., el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Dedicó toda su vida al servicio del Señor y de su Iglesia. Con inmensa gratitud por su ejemplo como verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos su alma al infinito amor misericordioso del Dios trino”.
El fallecimiento del papa Francisco sorprende al mundo, ya que se produjo apenas un día después de su aparición pública durante la bendición del Domingo de Resurrección, donde, aunque se le vio débil, logró dirigirse a los fieles congregados en la plaza de San Pedro.
¿Qué pasará tras la muerte del papa Francisco?
Con el deceso del pontífice argentino, se activa el llamado “Interregno Papal”, el periodo entre la muerte de un papa y la elección de su sucesor. Durante este tiempo se declarará el luto oficial en el Vaticano y se llevarán a cabo los “Novendiales”, nueve días de misas y oraciones por el alma del papa.
El cuerpo de Francisco será exhibido en la Basílica de San Pedro, donde se espera que miles de fieles acudan a rendirle homenaje, tal como ocurrió con Juan Pablo II en 2005. Su funeral debe realizarse entre el cuarto y sexto día después de su fallecimiento, y posteriormente será sepultado según el protocolo vaticano.
¿Cuándo se elegirá al nuevo papa?
Una vez concluido el funeral, se convocará un cónclave, en el que participarán todos los cardenales menores de 80 años. En estas votaciones secretas, los purpurados elegirán al nuevo sucesor de San Pedro.
Aunque no hay una fecha exacta, el proceso suele tomar entre dos y tres semanas, dependiendo del consenso entre los cardenales sobre quién será el nuevo líder de la Iglesia Católica.










