Un grave accidente de tránsito acabó con los sueños de María Fernanda Rico Roa, una colombiana de 20 años, oriunda de Yopal, Casanare, y quien hace 10 meses viajó a Estados Unidos con el objetivo de trabajar y ahorrar dinero para terminar sus estudios en Colombia.
María Fernanda, a los pocos días de su llegada, obtuvo un trabajo como domiciliaria. Todo marchaba bien hasta que, el 24 de octubre de 2024, tuvo un incidente que cambiaría por completo su vida. Esa tarde, cuando iba a entregar un pedido, notó que algo en su carro no funcionaba bien, así que se acercó a la acera para revisar la llanta del vehículo.
Mientras estaba en la zona de parqueo, dos carros se chocaron y uno de ellos la golpeó y terminó lanzándola por los aires. Luego, cayó de forma violenta al suelo.
Lo que pasó después del accidente
La última vez que su familia tuvo contacto con su hija fue por medio de una llamada telefónica, en la que comunicó que iba de regreso a casa. Después, ya no hubo noticias.
“Empezamos a angustiarnos porque ella siempre nos llamaba. Eran las 12 y no contestaba el teléfono. Mi mamá la llamó e insistió varias veces sin obtener respuesta”, contó un familiar.
Ante la ausencia de información, contactaron a la mujer con la que vivía. Ella inició la búsqueda que, por momentos, fue infructuosa. Finalmente, la encontraron en el Hospital General de San Joaquín.
Allí los médicos le comunicaron que María Fernanda estaba muy grave y que no sobreviviría. Sin embargo, contra todo pronóstico, logró salir del coma.
Según información de la familia, la primera parte del accidente la cubrió el seguro y pagó por los procedimientos médicos necesarios para estabilizarla. Sin embargo, cuando su salud se restableció un poco, el seguro dejó de pagar, afirmando que no cubría la segunda parte del tratamiento, correspondiente a rehabilitaciones y terapias.
En ese momento comenzó un nuevo viacrucis, pues la joven fue trasladada a un geriátrico, donde continúa hasta el día de hoy, sin la posibilidad de un tratamiento real de recuperación, denuncian sus seres queridos.
Tan pronto la familia de María Fernanda se enteró de lo sucedido, Lydia Patricia Roa, madre de la colombiana, logró gestionar una visa humanitaria para acompañar a su hija en este difícil proceso. No obstante, pasa sus días al lado de su hija, sentada en una silla y sin una posibilidad de verla recuperada.
El diagnóstico inicial fue trauma craneoencefálico severo, no obstante, a María Fernanda no se le han practicado nuevos exámenes para conocer la condición real de salud, de acuerdo con la familia. Por ello, piden ayuda para poder regresar a Colombia y así brindarle un tratamiento adecuado.
“Cada minuto que ella se encuentra allá se está deteriorando y le están quitando la oportunidad de vivir a una chica de 20 años, que acá en Colombia va a tener a su familia, va a tener el amor de todos. Allá es muy complejo todo, allá todo el mundo le cerró la puerta”, relató su mamá en Blu Radio.
Lydia se aferra a una esperanza y pide la solidaridad del Gobierno y del país para conseguir fondos y poder traer de regreso a María Fernanda. Por su parte, el Consulado está organizando un concierto para recolectar fondos, mientras que la familia realiza ventas y rifas para adquirir más recursos y mantener abierta la ventana de la esperanza.