El papa Francisco no se rinde y, por el contrario, da muestras cada vez más frencuentes de que está en recuperación luego de la neumonía bilateral que por poco le cuesta la vida. Este Domingo de Ramos apareció sorpresivamente en la Plaza de San Pedro y saludó a miles de feligreses allí reunidos.
En su silla de ruedad, pero con un mejor semblante, llegó al terminar la ceremonia que presidió un cardenal. Y no solo eso. Con la voz más fuerte que antes, sin oxígeno, frente a un micrófono, saludó a los presentes y a las millones de personas que lo veían a través de la televisión y las redes sociales.
“Feliz Domingo de Ramos, feliz Semana Santa”, dijo el pontífice argentino de 88 años. Acto seguido, hizo un breve recorrido por la explanada y saludó, incluso de mano, a varios de los fieles que emocionados no podían creer que el líder de la Iglesia católica estuviera junto a ellos.
El papa Francisco, un hombre fuerte y optimista
Su santidad también cruzó unas breves palabras con unas monjas que le reiteraron que han estado orando por él y su salud. El papa se veía tranquilo y sonriente. Posteriormente, ingresó de nuevo a la Basílica de San Pedro y retormó a la Casa Santa Marta, donde continúa sus terapias físicas y respiratorias para recuperarse por completo.
Aunque no estuvo presente de manera pública en la ceremonia del Domingo de Ramos, su breve aparición alegró el corazón de millones de católicos y reafirmó que, pese a la grave situación que enfrenó, Francisco sigue al frente de la Iglesia. No se descarta que se le vuelva a ver en alguna de otras de las celebraciones de la Semana Santa, especialmente en la Pascua.
Al final de la misa de Domingo de Ramos, El Papa Francisco apareció en silla de ruedas, deseó Buen domingo de Ramos y buena Semana Santa. La voz cada vez más clara y no llevaba las cánulas de oxígeno #FuerzaPapaFrancisco @VaticanNews pic.twitter.com/4Xg9nfmoZL
— NÉSTOR PONGUTÁ (@nestorponguta) April 13, 2025