Ecuador ya puede decir que tiene presidente y este es Daniel Noboa, pues consiguió el 56.13% de los votos escrutados frente al 43.87% que obtuvo la correista Luisa González.
El candidato del partido Acción Democrática Nacional (ADN) será quien tome las riendas del país, consagrándose como ganador en la segunda vuelta electoral en Ecuador. En una breve declaración, en su residencia en Olón, y después de haber sido declarado como vencedor por la CNE, catalogó esta elección como histórica.
“Esta victoria ha sido histórica, de más de 10 puntos (de ventaja), de más de un millón de votos”. Y agregó: “No hay duda sobre quién es el ganador”. Este comentario lo hizo haciendo referencia a la candidata Luisa González, quien no reconoció los resultados por un supuesto fraude electoral.
A su vez, Noboa agradeció el esfuerzo de su equipo de trabajo, así como a sus ministros que -dijo- han trabajado con ahínco pese a los pocos recursos. También reconoció que Ecuador votó por un cambio y espera ayudar a concretarlo.
“El Ecuador está cambiando, ya eligió un diferente camino: ese va a ser que nuestros hijos vivan mejor que nosotros, que futuras generaciones tengan una vida digna, un gobierno más transparente, más progreso y planificación”.
Lo que se espera del nuevo presidente.
David Novoa, de 37 años de edad, hace parte de una familia empresarial y llegó a la política como presidente, tras vencer a la candidata presidencial Luisa González en el 2023, para concluir con el mandato del presidente Guillermo Lasso.
Entre sus políticas de gobierno está el plan de seguridad “Fénix”, cuyo objetivo es frenar la inseguridad. Por ello, implementará el despliegue de militares en las calles, mayor seguridad portuaria y acciones que permitan la incautación de drogas y armas.
A su vez, afirma que busca la reducción de las muertes violentas, así como combatir el robo de combustible y la extorsión realizada por diversas bandas delincuenciales.
Otra de sus propuestas de campaña es la reactivación económica y para ello quiere trabajar en la crisis energética que generó grandes pérdidas debido a los constantes apagones.
El pueblo ecuatoriano espera ver que se concreten estas promesas y que se vean reflejadas en mayor seguridad y progreso.