La Fiscalía General de la Nación y la Procuraduría General argumentaron la existencia de violencia de género y abuso de poder en el caso del general (r) Yuber Armando Aranguren, quien se aprovechó de su estatus de dominio y jerarquía militar para intimidar y acosar a una subteniente con palabras soeces, machistas y desobligantes, según la investigación.
De acuerdo con el fallo de la corte, el general en retiro insinuó de forma atrevida que “era una mamacita, que estaba buena, que tenía una cola muy rica y que se lo quería comer”.
En otro momento, al parecer Yuber Aranguren amenazó a la subteniente con hacerla acaba una relación sentimental que presuntamente tenía con un miembro del Ejército diciéndole que “la iba a cambiar de unidad”.
Estos testimonios fueron considerados por la Corte Suprema como un delito de injuria.
Según el expediente, el exmilitar forzaba a la mujer a sentarse a su lado en las reuniones y posteriormente le dirigía comentarios ofensivos. A su vez, se pudo demostrar que Aranguren, abusando de su cargo, tocó de manera indebida a la víctima dentro de un vehículo, para luego ser sometida a malos tratos.
Se demostró también que este exmiembro del Ejército sometió a la implicada en estos hechos a un ambiente laboral hostil, afectando su estabilidad tanto emocional como laboral.
A partir de este juicio se determinó, por tanto, la presencia de abuso de poder del general Aranguren en contra de la subteniente.
Por su parte, la defensa del general en retiro intentó desestimar los testimonios alegando inconsistencia y exageración en el relato con el fin, según ese argumento, de obtener un traslado de la unidad militar.
Frente a la contundencia de cargos, el CTI de la Fiscalía realizó la captura de Yuber Armando Aranguren, en el municipio de Chía. Deberá pagar una condena de 3 años y 3 meses en centro carcelario.