Ya son 70 los muertos identificados en medio de la escalada de violencia en el Catatumbo, una región golpeada por los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las FARC. Así lo confirmó la Gobernación de Norte de Santander.
Entre las víctimas se encuentran cinco excombatientes de las FARC que se acogieron al proceso de paz, tres líderes sociales, 58 particulares y cuatro menores de edad. Una cifra horrorosa, dolorosa y muy preocupante.
Adicionalmente, según el gobierno departamental, nueve firmantes de paz han sido reportados como desaparecidos y se teme que también haya sido asesinados por el ELN, guerrilla que le declaró la guerra a las disidencias hace un mes.
La violencia en el Catatumbo se ha extendido, incluso, a Cúcuta y su área metropolitana. El miércoles en la noche y jueves en la madrugada, al menos cinco explosiones se registraron en la capital de Norte de Santander y el vecino municipio de Villa del Rosario. Estas acciones fueron atribuidas al ELN.
En las últimas horas, además, se reportó el asesinato de un soldado en Tibú. Se trata del uniformado Nader Alarcón Babilonia, oriundo del Cesar y quien perdió la vida durante combates con el frente 33 de las disidencias de las FARC.
Adicionalmente, un conductor fue asesinado en la vía Ocaña-Convención, en otro episodio que generó pánico en una población civil ya cansada de tanta violencia por parte de los grupos ilegales y la desidia de unas autoridades que, recalcan líderes regionales, parecen haber perdido por completo el control del territorio.
Colombia clama paz para el Catatumbo
Y es que, debido a la arremetida del ELN y las disidencias, por lo menos 52 mil personas han tenido que abandonar sus hogares en las últimas semanas y cerca de 24 mil se encuentran confinadas, convirtiendo a esta en una de las peores crisis humanitarias vividas en el Catatumbo y Colombia.
Aunque el gobierno del presidente Gustavo Petro declaró la conmovión interior para la zona y ha expedido varios decretos, las balas no cesan y los civiles siguen sufriendo las consecuencias de un conflicto despiadado. ¡Paz para el Catatumbo!