Una crisis humanitaria de dimensiones gigantescas, eso es lo que está viviendo la región del Catatumbo por cuenta de la violenta guerra entre el ELN y las disidencias de las FARC, un conflicto que estalló el pasado 16 de enero y que deja ya al menos medio centenar de muertos y más de 40 mil personas desplazadas. La propia defensora del Pueblo, Iris Marín, dijo que la situación podría ser inédita en un país históricamente golpeado por la violencia.
“Según revisión de cifras oficiales, la Defensoría del Pueblo advierte que el desplazamiento masivo causado en El Catatumbo en los últimos días puede ser el desplazamiento forzado masivo más grande causado en un solo ‘evento’ desde que se tiene registro institucional de desplazamiento en Colombia (1997)”, publicó la funcionaria a través de sus redes sociales.
Y, para dimensionar aún más lo que está ocurriendo en esa parte de Norte de Santander, la defensora explicó que, sin haber acabado siquiera el primer mes de 2025, este año superó ya el número de desplazados registrados en el país durante todo el 2024.
El año anterior, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo, se reportaron 105 eventos de desplazamiento forzado masivo, los cuales afectaron a 10.249 familias y a un total de 25.611 personas. El 2024 había presentado una disminución respecto a 2023, año en el que hubo 115 eventos que dejaron a 54.665 personas afectadas.
Catatumbo, dolido y desolado por la guerra entre el ELN y las disidencias de las FARC
Sin embargo, en 2025 vuelven a elevarse las cifras debido, especialmente, al panorama de violencia en el Catatumbo. Allí, en medio de un Estado históricamente ausente, según denuncian analistas y habitantes, el Ejército de Liberación Nacional y las disidencias de las FARC libran una batalla a muerte en la que ha quedado de por medio la población civil.
Familias enteras han tenido que dejar sus casas, sus animales y sus trabajos para huir a zonas como el casco urbano de Tibú y Cúcuta, la capital departamental. Era eso, recalcan, o arriesgarse a ser asesinados o secuestrados. Su tierra, lamentablemente, está bañada de sangre y miedo.
Colombia ha visto, a lo largo de su historia, grandes y dolorosos desplazamientos. La masacre de Bojayá dejó 5.771 desplazados, mientras que la matanza de El Salado afectó a 4.000 personas. Son solo dos ejemplos. Ahora, lo del Catatumbo es igualmente espantoso: ¡más de 40.000 ciudadanos obligados a escapar de sus hogares!
El gobierno del presidente Gustavo Petro, duramente cuestionado por lo que pasa en Norte de Santander, emitió este viernes el decreto por medio del cual declara la conmoción interior en el Catatumbo. Los habitantes de esa bella y sufrida parte de Colombia esperan, no pañitos de agua tibia, sino una mirada profunda a sus problemas y soluciones reales y duraderas. Ellos solo piden vivir en paz.