Bogotá D. C. 16 de enero de 2025. Varios interrogantes deja un documental grabado hace cerca de cinco meses, en el que el protagonista era Miguel Ángel López, conocido como “el Chulo” por su cercana relación con la muerte.
En la entrevista, realizada por @Realidadescanal, relataba los desafíos de su trabajo y describía cómo se internaba en zonas de difícil acceso para hacer, “con sus propias manos”, el levantamiento de cuerpos, principalmente de víctimas del conflicto armado.
Es decir, realizaba una labor que le correspondía expresamente a las autoridades. De acuerdo con su testimonio, antes de embarcarse en esa peligrosa labor, recibía el aval de los grupos ilegales que operan en la zona.
“Uno se trata de asesorar y de coordinar que cuando se vaya a hacer el levantamiento del cuerpo, esté lo más sano posible. De todos modos, nosotros salimos a cumplir una labor humanitaria. Si en ocasiones, se presenta la situación como tal, se debe dialogar con ellos, y ellos darán la definitiva”, contaba López, el llamado embalsamador de Tibú.
Paradójicamente, fue en un sector controlado por grupos al margen de la ley, donde perdió la vida de manera violenta, junto con dos miembros de su familia. Hoy, el video sería pieza clave de la investigación que adelantan las autoridades sobre el ataque que, hasta el momento, deja más preguntas que respuestas.
Miguel Ángel López era propietario de la funeraria San Miguel de Tibú y fue acribillado junto con su esposa Zulay Durán Pacheco y su pequeño bebé de menos de un año de nacido, este 15 de enero, en la vía que de Cúcuta conduce a Tibú, Norte de Santander. Un niño de 10 años, también hijo de la pareja, sobrevivió a la masacre.
La zona donde fue asesinada la familia López – Durán, es una de las más complejas de Colombia por la presencia de grupos alzados en armas, cultivos ilícitos y negocios ilegales. En el Catatumbo hacen presencia el ELN, las disidencias de las Farc y también el Clan del Golfo.
Los cuerpos de Miguel Ángel, Zulay y el bebé, fueron recuperados por integrantes del gremio de funerarias de Tibú y llevados hasta el casco urbano de ese municipio de Norte de Santander.

En el documental, publicado en agosto de 2024 por @Realidadescanal, López contó intimidades de su trabajo y lo difícil que era ejercerlo en una de las zonas más violentas del oriente colombiano.
El carro en el que iba la familia López – Durán, era conocido, según el mismo Miguel Ángel, como “La última lágrima”, “El último paseo” y “El que lleva, pero no trae”, precisamente por su actividad de recoger cadáveres en esa zona del Catatumbo.
Miguel Ángel López, relató en el documental que de niño quería estudiar medicina, pero como los recursos de su familia no alcanzaban, finalmente se inclinó por recuperar cuerpos de cualquier zona de conflicto y ayudar a las familias víctimas de la violencia.
¿Cuáles son las hipótesis de la masacre?
Hasta el momento las autoridades no han entregado detalles de la masacre de la familia López – Durán. Solo se ha revelado que Miguel Ángel conducía el coche fúnebre, que Zulay Durán Pacheco, su esposa, iba en el puesto de copiloto con el bebé de menos de un año en sus piernas; y que el niño de 10 años viajaba en el asiento de atrás.
En el documental también se plantean algunas preguntas sobre el control territorial que ejercen los grupos alzados en armas en la zona y la incapacidad de las autoridades para llegar a algunos lugares apartados que están bajo el control de los grupos ilegales.
El presidente Gustavo Petro se pronunció en su cuenta de X y lamentó la masacre. El gobierno ofreció una recompensa de 100 millones de pesos por los criminales que asesinaron a los tres integrantes de la familia López – Durán.
Cualquier persona que tenga información del asesinato de la familia nortesantandereana acaecido entre Cúcuta y Tibú, puede recibir cien millones de pesos de recompensa por su información. https://t.co/acW7GQUzen
— Gustavo Petro (@petrogustavo) January 16, 2025